Las primeras notas del 18º Festival Barroco de Guadalupe, en Zacatecas, se escucharon ayer domingo en el pueblo minero de Vetagrande, donde el flautista internacional Horacio Franco ofreció un concierto gratuito, acompañado en la segunda parte por el ensamble Academia de Música Antigua de esa entidad.
El concierto se dio en una celebración preinaugural, en el Museo del Niño Minero, edificio icónico del siglo XVIII, el cual sirvió como hospital y escuela. En 1995, abrió como museo comunitario para contar la historia de una población que nació y ha vivido de la minería.
El recinto lleva ese nombre en memoria de todos aquellos hombres que entraban a trabajar a las minas siendo niños, en promedio a los 10 años de edad, donde laboraban hasta que morían, antes de cumplir los 50 años. Así lo cuentan los pobladores: abuelos, padres, tíos… quienes pasaron su vida en las minas hasta que sus pulmones comenzaron a disminuir de tamaño y dejaron de funcionar por la silicosis.
La celebración preinaugural abrió con la participación de los Pequeños Cantores de Zacatecas, agrupación coral profesional que se ha ganado un espacio en los festivales culturales y en diversos foros del estado. Fue fundada en 2010 por su directora, María Cecilia Oliva Hernández. La música de concierto tuvo como preámbulo a las tradicionales morismas, que llegaron del municipio de Ojocaliente, y a la Banda de Guerra de Vetagrande, reconocida a nivel estatal.
Actualmente, el Museo del Niño es rescatado, luego de un largo periodo de abandono, mediante un esfuerzo conjunto entre los gobiernos municipal y estatal, así como con el apoyo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de Museo de Guadalupe y el Centro INAH Zacatecas. El espacio arquitectónico es restaurado por la Secretaría de Turismo de esa entidad, con la asesoría del INAH; su concepto museológico y museográfico se planea con apoyo del Museo de Guadalupe.
Al cumplir la mayoría de edad, el Festival sale de su casa: el Museo de Guadalupe, donde el próximo 24 de septiembre se realizará la inauguración oficial y extendiéndose a otras sedes para alcanzar a más personas, comentó Horacio Franco, cofundador del evento, un músico sui generis que se aventura a tocar fuera de las salas de concierto bien sonorizadas y con un público que no se pasea frente a él mientras interpreta, circunstancias que lo que lo obligan a trabajar más, sobre todo tratándose de un instrumento tan vulnerable al viento como la flauta de pico, pero que acepta el reto porque sabe que es la forma de hacer nuevos públicos.
En la preinauguración, Rosa María Franco, directora del Museo de Guadalupe y cofundadora del Festival Barroco, destacó que la cultura es un derecho y hay que defenderlo, luego de referir que con motivo de los 18 años del festival y los 80 del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), esta actividad se extiende a otros municipios fuera de Guadalupe, en los que hace falta fortalecer el desarrollo cultural de la población.
Principalmente, dijo, se busca llevar las actividades a zonas donde la atención a la cultura estaba rezagada, como Vetagrande, un municipio de alrededor de nueve mil habitantes, cuya actividad económica ha sido la minería, la cual, al decaer, obligó a la gente a emplearse en la ciudad de Zacatecas y, en menor escala, dedicarse a la agricultura y ganadería.
Una población con veta de plata
En la ciudad de Zacatecas se cuenta que Vetagrande es un pueblo fantasma, pero en sus entrañas está la veta de plata blanca más grande del estado, la que en mucho permitió construir a la noble y esplendorosa Zacatecas, y dio fortuna y fama al norte de la entidad platera. En este lugar, todos sus habitantes tienen en la memoria y el corazón una historia agridulce relacionada con la minería. Su nombre obedece a la mina Albarrada de San Benito de Vetagrande, descubierta en 1548, siendo esta mina la que le da fama a Zacatecas.
Vetagrande está a 15 minutos de la capital. Sus calles silenciosas serpentean sobre un terreno de altos y bajos. Las casitas humildes están rodeadas de ruinas, donde rondan los fantasmas que dejó la época de bonanza de la explotación minera, del lado donde se trabajó sin descanso para que brotara la flor de esplendor barroco al pie de la Bufa.
Por esta importancia histórica, actualmente trabajan de la mano los gobiernos estatal y municipal, con el apoyo del INAH, en el registro de sus monumentos históricos, y se ha iniciado la restauración de varios, entre ellos el Museo del Niño Minero.
Paralelamente, el gobierno estatal integra el expediente encaminado a hacer la declaratoria de Zona de Monumentos Históricos, como parte del Camino Real de Tierra Adentro, informó el director del Instituto de Cultura del municipio, Ventura Vladimir Gurrola Medellín.
El arquitecto Carlos Augusto Torres, director del Centro INAH Zacatecas, explicó que en los últimos años se ha trabajado en la imagen urbana de la cabecera municipal de Vetagrande, y se ha dado seguimiento a los proyectos de restauración de los tres monumentos históricos más emblemáticos de la cabecera: el Museo del Niño Minero, el Templo de Guadalupe y la Capilla del Calvario, edificación icónica del municipio, localizada en la parte alta de un cerro.
Comentó que desde hace seis años se han trabajado varias etapas de restauración, de manera que los templos religiosos ya están en sus fases finales; incluso la Capilla del Calvario estuvo cerrada por el riesgo que representaba la cúpula, recientemente quedó abierta al servicio religioso y solo faltan detalles ornamentales. En tanto, el Templo de Guadalupe tenía problemas de humedad, derivados de su ubicación en una ladera, los cuales se resolvieron. Ambos inmuebles son restaurados por la Dirección de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura.
El Museo del Niño Minero es atendido por la secretaría estatal de Turismo; la consolidación estructural está concluida y se le construyó un dren para aislarlo de los escurrimientos de la ladera que colinda con éste En la siguiente fase, el Museo de Guadalupe comenzará a trabajar en la reestructuración museográfica y de contenidos.
En el concierto estuvieron presentes el secretario de Turismo de Zacatecas, Eduardo Yarto Aponte, en representación del gobernador, Alejandro Tello Cristerna; el presidente municipal de Vetagrande, Manuel de Jesús González Acosta; representantes de los municipios de Guadalupe y Ojocaliente, y Rosa María Franco, titular del Museo de Guadalupe, a quien el edil agradeció su entusiasmo y apoyo en el rescate del Museo del Niño Minero, para convertirlo en el alma cultural de Vetagrande, con el mismo conocimiento y experiencia que le permitieron poner en valor al museo que dirige.