Fernando Yahir Gómez Salinas (Villa Comaltitlán, Chiapas, 2002) estimulado por películas animadas y libros de todo tipo, mostró desde pequeño inclinación por el dibujo y la escritura, actividades que lo han acompañado desde que tiene memoria. Durante la adolescencia descubrió su fascinación por el terror y el suspenso, géneros que influirían decisivamente en su estilo. Fue en esa etapa cuando comenzó a crear historietas —gráficas y narrativas— que pronto cautivaron a sus compañeros de clase.
En 2020 publicó su primera novela, Obsesión Escolar, la historia de un estudiante obsesionado con obtener las mejores calificaciones. Más allá de la trama, el libro se convirtió en una crítica social hacia el perfeccionismo académico y la incomprensión que sufren muchos estudiantes en su entorno. Tras esta primera experiencia, Fernando continuó explorando el género con otras dos novelas: Böser Vater y Cuando Mamá No Está.
Su consagración llegó en 2023 con Sin Colores, publicada por la Editorial Alma De Letras. Esta obra, la más extensa hasta entonces, nos traslada a un pueblo norteamericano en donde un asesino enmascarado acecha a la comunidad gay.
El protagonista, perteneciente a este grupo, descubre que el criminal lo tiene en la mira y deberá huir o descubrir su identidad. La novela se convierte en una denuncia abierta contra la homofobia y las consecuencias del odio, dejando claro que el ser humano puede ser el animal más destructivo del planeta.
En 2025 regresó con fuerza con su obra más reciente: No Desciendas, también publicada bajo el sello Alma De Letras. Esta novela se presenta como una narración más ligera en estructura, pero igualmente intensa en su atmósfera. El libro fue elogiado por su capacidad de entretener y por el clima opresivo que construye página tras página.
Catalogada como terror psicológico, No Desciendas nos sumerge en la historia de Cintia, una joven que se muda con su pareja a un vecindario rural. Su vida da un giro inesperado cuando recibe un pastel misterioso en la puerta de su casa. A partir de ese momento, aislada por la ausencia de su pareja, comienza a descender en un vórtice de paranoia, miedo y desconfianza.
El hallazgo de un video de un asesinato en redes sociales multiplica su terror, hasta que descubre que no está tan sola como pensaba, y que el asesino del video podría ser quien atormenta sus noches.
La obra incluye dibujos ilustrativos realizados por el propio autor, lo que refuerza su carácter personal y artístico. Además, aunque la historia está ambientada en un vecindario ficticio, su atmósfera remite de manera inquietante a cualquier pueblito mexicano: calles tranquilas, casas sencillas y vecinos que parecen normales, pero que esconden sombras. Ese matiz cotidiano hace que el pavor se sienta aún más cercano, como una amenaza que podría tocar la puerta de cualquiera.
¿Cómo ves la literatura de suspenso y terror que hay actualmente en el país?
- Creo que está revolucionando, tanto en los libros, como en las películas, porque el terror se convirtió en algo más que puro susto, y es algo que cambia las reglas por completo. Con el terror puedes reírte, llorar y hasta enamorarte, lo que convierte a este género en algo bastante versátil. Puedes hacer prácticamente lo que quieras, y si es con una intención, es más que perfecto.
Las letras de Fernando no solo ofrecen historias de terror, sino también una reflexión sobre lo que ocurre cuando nos dejamos arrastrar por emociones negativas. Sus conclusiones son contundentes: el mal no siempre viene de fuera, sino que nace en el interior del ser humano, y solo reconociéndolo es posible enfrentarlo. Estas obras catalogan a Fernando como uno de los autores chiapanecos más influyentes del género, con libros disponibles en Google Play Books y Amazon.
Fiel a su filosofía, sostiene uno de sus lemas más característicos: “Sin lectores, no hay escritor”, con el que reconoce que la obra literaria solo cobra sentido cuando alguien la recibe y la hace suya. Como él mismo afirma: “Escribo porque es lo que me gusta, y si mis historias son disfrutables y ayudan a reflexionar, mi corazón se entusiasma”.