Con una iniciativa presentada en el Senado, la senadora del PAN Ivideliza Reyes Hernández propuso frenar el “nepotismo sentimental”, luego del caso de la presidenta municipal de Tepic, Geraldine Ponce, quien presuntamente gobierna acompañada de su pareja y jefe de gabinete, Alejandro Galván.
Trasladar relaciones sentimentales al ejercicio del poder , ejemplo que, según la legisladora, se vive de forma clara en el Ayuntamiento de Tepic, constituye un acto de corrupción que erosiona la confianza ciudadana y pone en entredicho la imparcialidad.
La iniciativa, presentada el 9 de septiembre en el Senado, propone cambios a la Ley General de Responsabilidades Administrativas, a la Ley Federal de Austeridad Republicana y al Código Penal Federal, con el propósito de que ningún cargo público sea “patrimonio familiar ni botín sentimental”.
El planteamiento se sustenta en los señalamientos surgidos en la administración de Tepic, donde se atribuye a la alcaldesa Geraldine Ponce y a su pareja, el jefe de gabinete Alejandro Galván, el ejercicio conjunto del poder, lo que reavivó el debate sobre este tipo de prácticas.
Ivideliza Reyes exhibió un video en el que el jefe de gabinete del Ayuntamiento de Tepic, Alejandro Galván, atiende una llamada de la alcaldesa Geraldine Ponce en horario laboral. “El grado de control que tiene el gerente de la ciudad sobre la presidenta ha llegado a que los directores le rinden cuentas a él. Este video exhibe cómo una pareja ejerce simultáneamente el poder en Tepic.
Reyes Hernández enfatizó que el nepotismo, en cualquiera de sus expresiones, constituye corrupción y vulnera la igualdad de oportunidades en la esfera pública. La propuesta fue remitida a comisiones para su análisis y eventual discusión.
“Sí, relación de pareja, porque sabemos que el poder también se hereda a través de vínculos afectivos que, aunque no estén reconocidos jurídicamente, generan subordinación política y ventajas indebidas”.
Quedará impedida para contender y ocupar un cargo electivo toda persona que haya mantenido, en los últimos tres años, matrimonio, concubinato o relación de pareja con alguien que ya desempeña ese mismo puesto, de acuerdo con la propuesta de la reforma.
“Ningún cargo público debe ser patrimonio familiar ni botín sentimental. Con esta reforma buscamos que la representación política sea auténtica y que la competencia electoral se dé en condiciones de igualdad”, concluyó.