La alcaldesa de Manzanillo, Colima, Griselda Martínez, sabe que la seguridad es el problema prioritario a resolver en su municipio.
Aún están presentes en su mente las imágenes de dos motocicletas con dos hombres armados en cada una de ellas, desde la cuales dispararon sobre el costado derecho del auto que no era blindado, e incluso por detrás del asiento donde ella viajaba.
“Fue un tremendo atentado y en Colima nunca habían fallado”, reconoce Griselda Martínez al recordar la tarde del 26 de julio de este año.
Ella ha agradecido a Alfonso Durazo, actual secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, por haberle asignado dos escoltas de la Secretaría de Marina (Semar), porque gracias a su pericia repelieron la agresión y pudo salvar su vida.
No les tenemos miedo, sabemos de qué se trata, ésta es una lucha por la transformación del país y sabemos que la violencia puede quitarnos la vida, pero no la razón, ni los ideales”, sostiene Martínez, cuyo legado quiere sea una corporación policiaca cien por ciento confiable porque la gente se la merece.
Tras el atentado, renunciaron cuatro policías y dieron de baja a 25 más. La idea es fortalecer la seguridad y que esta limpia sea entre los 470 elementos, es con miras a consolidar al mismo tiempo, una policía de proximidad.
Si bien Colima cuenta con alerta de violencia de género, no hay avance alguno al respecto. Prueba de ello -sostiene- es que hoy en día pueden asesinar a cualquier mujer y hasta intentar acabar con una presidenta municipal.
“Sin duda alguna, uno de los principales retos es el tema de la seguridad. Manzanillo tiene el puerto más importante del país, somos el tercero en América Latina, por nuestra ciudad ingresa todo lo bueno y todo lo malo, y generamos una derrama económica en impuestos para la Federación por concepto de aduana de miles de millones”, expresa la alcaldesa.
Pese a la riqueza que genera el municipio al estado y a la federación, Manzanillo carece de servicios públicos elementales, además de padecer la pelea de los cárteles por el control del puerto, situación que genera violencia, reconoce Martínez.
“Estamos trabajando también en materia de seguridad enfrentando obviamente intereses muy fuertes porque antes de nuestra llegada se acostumbraba mucho la corrupción y ahora que nosotros llegamos a la administración no aceptamos ningún solo acto de corrupción y eso rompe los esquemas y eso genera descontento en algunas personas”, enfatiza.
La alcaldesa, quien actualmente vive resguardada por la SEMAR, indica que hay un cerco informativo y para el municipio es complicado comunicar a la ciudadanía todos los trabajos que se realizan y el tipo de organización que está construyendo.
“Un ejemplo de ello es que Manzanillo, por primera vez, invierte la mayor cantidad de recursos en prevención del delito, es mas, no existía la Dirección de Prevención del Delito, nosotros llegamos y la formarnos e invertimos más de dos millones y medio de pesos en este tema.
“En seguridad en Manzanillo nunca se habían invertido la cantidad de 25 millones, que nosotros le invertimos este año”, enfatiza. Pero no todo es seguridad. Por vez primera y con recursos propios, el municipio ha destinado casi 80 millones de pesos para realizar más de 80 obras. En el tema ambiental, la alcaldesa encontró al municipio sin camiones recolectores de basura y destinó 40 millones para la compra de 13 unidades que ya cuentan con la separación de residuos orgánicos e inorgánicos.
Además, si bien recibió el municipio con una deuda de más de 800 millones de pesos, misma que no ha bajado porque hay prioridades de obra pública a donde destinar los recursos, es el ayuntamiento de Colima con las fianzas más sanas y con un presupuesto de más de mil millones de pesos para 2020, con el que se beneficiará a sus habitantes.