Tras enfrentar primero cáncer cervicouterino y después cáncer de mama en dos ocasiones, Marcela Amalia Nizarindani Palacios Hernández puede decir que tiene vida por delante.
“Ha sido una de las experiencias más grandes que he tenido en la vida para aprender a amarla más y para amar más a mi familia”.
Palacios Hernández inició su lucha contra el cáncer cervicouterino en 1995 en el Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional La Raza, cuando tenía 35 años, de la mano de su hijo Michell, entonces de 12 años de edad.
Fue cuando su médico tratante notificó por primera vez a la profesora de educación superior, que tenía cáncer.
“Te da miedo morirte, piensas que tu vida va llegando al final”, señaló, al tiempo que recuerda que ahí inició el proceso de tratamiento con el apoyo del personal del hospital de tercer nivel.
La paciente tuvo una intervención quirúrgica así como 12 sesiones de quimioterapia y 18 de radioterapia, éstas últimas en el Centro Médico Nacional Siglo XXI, tras lo cual el padecimiento estaba en remisión.
Sin embargo, en el año 2009, después de 14 años, la sombra del cáncer volvió a aparecer, en esta ocasión, en una mama.
Una vez que le realizaron los estudios correspondientes, al llegar al consultorio para conocer el diagnóstico, se sintió devastada.
“Cuando llegas tienes mucho miedo, llegas pequeñito, no sabes qué va a pasar”, pero al ser recibida por el personal médico y conocer que iniciaba nuevamente el proceso de lucha por su vida, confió: “tienes miedo en el fondo, pero sales empoderado”.
Otra vez inició tratamiento, “empiezas a quedarte sin cabello, pero en mi caso, la suma de la familia fue importante, mi hijo se rapó, era una manera de solidarizarse conmigo, yo me sentía mejor”, recuerda.
Vuelve el cáncer
Al cumplir un año de haber concluido el proceso, en 2010, recibió la noticia de que el cáncer había vuelto y afectaba la otra mama, “ahí sí piensas que a lo mejor ya se terminó todo, pero nuevamente empieza este proceso, te hacen sentir acogido, muy importante y te vas empoderando nuevamente”.
Marcela Amalia Nizarindani Palacios Hernández atendió por tercera ocasión todas las indicaciones del equipo médico y como la primera vez, con su hijo de la mano, hizo frente a esta enfermedad.
Hoy, con salud y tras 10 años de que venció al cáncer, reflexiona: “la seguridad social ha sido la diferencia entre vivir y no vivir, los médicos me regalaron una segunda oportunidad”.
Con 60 años de edad, la paciente reconoce que durante el proceso, hay días difíciles pero asegura que éstos no deben ser un obstáculo para aferrarse más a la vida y llamó a que las mujeres se autoexploren y estén pendientes de su cuerpo.
“Hay que empezar por casa y casa es este cuerpo que tenemos”, y que también deben acudir a realizarse estudios para detectar el cáncer a tiempo, concluyó.