El éxito de toda población humana depende de su capacidad para producir y conseguir alimentos y satisfactores básicos, como un hogar para protección, acceso al agua y apoyo comunitario; el descubrimiento de la agricultura generó un hito en las sociedades humanas debido a que permitió al hombre producir los alimentos que consume, sin embargo, la evolución histórica de los procesos productivos y la división del trabajo favoreció la separación del campo y las ciudades, siendo en el campo el espacio productor de alimentos y las ciudades el sitio de consumo masivo de los mismos.
Las necesidades van cambiando y cada día somos más conscientes de las consecuencias que acarrea nuestro modo de vida a la salud de nuestro planeta, las nuevas generaciones se caracterizan por una visión ecologista en la que se busca un equilibrio con el medio ambiente y remediar el daño que por años hemos causado a los ecosistemas, de ahí que la idea de huertos de jardín no es novedosa, por generaciones la población ha realizado esta práctica en todo el mundo, sin embargo, hoy en día la población que habita las grandes ciudades no tiene el arraigo de este tipo de actividad.
Los huertos urbanos generan distintos beneficios a quien los cuida; fomentan hábitos alimenticios saludables, pues la alimentación basada en productos procesados adicionados con conservadores, endulzantes, grasas trans, colorantes y saborizantes artificiales favorece enfermedades metabólicas como la diabetes, la hipertensión y obesidad; los huertos urbanos son una alternativa sostenible para la producción de verduras frescas, una afición apasionante y educativo para los más pequeños y son fundamentales en momentos de escasez de alimentos.
Lo primero que necesitamos es un lugar con luz directa: jardín, terraza, balcón o ventana, si tienes poco espacio puedes optar por cultivos verticales que incluso caben en una ventana, dependiendo del tamaño del sitio que dispongas se van a seleccionar los recipientes que deben ser adecuados para lo que vayas a cultivar, se recomiendan entre siete y quince centimetros de sustrato que es tierra base para macetas y gravilla, para que tengan un buen drenaje; hay dos formas básicas de siembra, a partir de semillas o plántulas, que puedes conseguir en viveros y hasta en el centro comercial, una recomendación con las semillas es revisar la fecha del lote para asegurar mejor porcentaje de germinación.
Si vas empezando con tu huerto te recomiendo vegetales que crecen en sesenta días o menos, como los berros que necesitan diez días de crecimiento, es un cultivo fácil que requiere de abundante agua y se puede cosechar cuando alcanza una altura de doce a quince centímetros o más pequeñas como brotes; también los rábanos son una buena opción, los brotes aparecen en el tercer día y se puede plantar en cualquier época del año pero prefiere el sol y clima frío, lo podemos comer entre los veintidós o veinticinco días de sembrado; la lechuga es un alimento versátil con un crecimiento en treinta días y prefiere el clima templado y suelos con mucha materia orgánica y aireado.
Por todo lo anterior y por si te interesa tener un huerto en casa, aprovecho para platicarte que la semana entrante votaremos en el Congreso de la CDMX un dictamen de la Comisión de Medio Ambiente en donde aprobaremos la nueva Ley de Huertos Urbanos capitalina armonizada con nuestra Constitución Política de la Ciudad de México.
Como ves podemos empezar con un pequeño huerto hasta ir encontrando lo que más nos acomode y nos guste
¿Te animas?
*La autora es Presidenta de la Comisión de Medio Ambiente, Cambio Climático y Protección Ecológica y Animal en el Congreso de la CDMX.