La entrada de la primavera este 2021 presagia una temporada de fuego. Además de los incendios forestales, la escasez de agua y el aumento en los precios de las gasolinas y el gas, las disputas políticas y económicas entre el oficialismo y otros sectores están elevando la temperatura de manera peligrosa.
Un gobierno que ha desparecido fondos, como el destinado a desastres naturales y prefiere contabilizarlos como ahorros, ha permitido que las llamas consuman importantes zonas silvestres y boscosas del país, sobresaliendo el que se presenta en los estados de Coahuila y Nuevo León, que ha adquirido dimensiones de catástrofe.
El millón de micro, pequeñas y medianas empresas desaparecidas en los últimos 12 meses, de acuerdo con datos dados a conocer por el Inegi, son pecata minuta para la administración cuatroteísta -los que tengan que cerrar, que cierren, Andrés Manuel López Obrador dixit-, con tal de seguir teniendo bajo el colchón recursos que habrían impedido cerrar a esos negocios.
A fin de que las cuentas de Pemex y la CFE presenten mejores números, el gobierno castiga a sus proveedores y le alarga -sin justificación alguna- los plazos de pago. A la fecha, Petróleos Mexicanos tiene adeudos con sus abastecedores y contratistas por más de 60 mil millones de pesos.
Y como no pudo doblegar a jueces que siguen otorgando suspensiones a su mal hecha Ley de la Industria Eléctrica, ahora pretende enfocar sus baterías hacia grandes consumidores del fluido, que también ya le dejaron claro que no se intimidarán.
Para el primer mandatario es más importante cuidar los centavos y perder los pesos, como sucede en las adquisiciones de medicamentos y vacunas. De los primeros, a pesar de solicitar la intermediación de la ONU, no ha podido concretar las compras y ha tenido que dar indicaciones para que los más urgentes se adquieren a cualquier costo -obvio, más caros.
De los antivirales, sin que vayan a ser las cifras definitivas, México tendrá que destinar un monto superior en más del doble de lo originalmente programado y con un precio unitario casi tres veces mayor a la estimación inicial formulada por López Obrador: cuatro dólares la dosis.
No conforme con mal manejar y mal gastar los impuestos que pagamos los mexicanos, que también es una forma de corrupción, el gobierno quiere también incendiar la pradera política, otorgando un carácter electoral a su plan de vacunación y en el manejo de sus programas sociales.
Un recuento de las zonas geográficas donde se ha procedido a inocular a personal médico y adultos mayores, muestran una clara preferencia por autoridades locales y estatales afines al morenismo, dejando al final de la fila a quienes considera adversarios.
Previo al inicio formal de las campañas para las elecciones federales, el presidente -casi Jesucristo, en palabras de Antonio Attolini- decide anunciar el regreso de las pensiones a adultos mayores a partir de los 65 años, cuando él había determinado aumentar la edad a 68 años y reducir el monto que se otorgaba, a sabiendas de que el voto en las ciudades es determinante.
Estos y otros ingredientes conforman un coctel bastante explosivo que, sin duda, incidirá en el estado de ánimo de los votantes. Esperemos que la serenidad se imponga al encono, para no tener que lamentar que este año tengamos una maldita primavera.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
El titular de la SCT, Jorge Arganis Díaz Leal, reprochó la presencia que han tomado los militares en la construcción de infraestructura en el país y en la propia dependencia que dirige, frente a los ingenieros civiles… “a lo mejor me corren por eso, porque ahora están de moda los ingenieros militares”.
Tw: @Edumermo