Para no reconocer que su plan de vacunación ha sido un fracaso, el presidente Andrés Manuel López Obrador recurre, una vez más, a las fuerzas armadas para que le saquen las papas del fuego -como en muchos otros rubros- y anunció la participación de más elementos de la milicia para “ampliar” la inmunización antiCovid.
Haber desechado la experiencia del Consejo Nacional de Salud y de los expertos en campañas de vacunación, para meter con calzador a sus “brigadas correcaminos”, más con fines electorales que sanitarios, ha propiciado tal desorden y lentitud en la aplicación de los biológicos que, además, llegan a México en abonos chiquitos.
Si nos atenemos a lo expresado este miércoles 24 por López Obrador, en el sentido de que se propone reactivar la aplicación de antivirales con la intervención de las Secretarías de Marina y de la Defensa, además de “todo el personal médico”, aun cuando no lo diga, su interés es que el mayor número posible de ciudadanos esté vacunado antes del 6 de junio.
Más que una preocupación real por una tercera ola de contagios de coronavirus, el primer mandatario está inquieto e intranquilo porque los beneficios de sus programas sociales en forma alguna alcanzan a ocultar los pésimos resultados de su gestión y, a toda cosa, quiere evitar el voto de castigo.
El residente temporal de Palacio Nacional busca que la pandemia del descontento social agarre inmunizado a su gobierno, ante tantas promesas incumplidas, como la creación de dos millones de empleos en 2020, las mínimas inversiones cuantiosas tan cacareadas y un sistema de salud nórdico.
A lo anterior hay que agregar que, a causa de la ineptitud de él y de la mayoría de su gabinete, un millón de negocios cerraron y más de cinco millones de estudiantes vieron truncadas sus aspiraciones y tuvieron que abandonar las aulas.
Pocas administraciones en el mundo han podido darse el lujo, de en tan poco tiempo, de aumentar la pobreza entre sus habitantes; el gobierno lopezobradoriano, logró que otros 10 millones de personas pasaran a engrosar las filas del precarismo y aumentar la desigualdad.
Consciente que estas cifras en poco favorecen a su partido, López Obrador sabe que con su actual esquema de vacunación no le alcanza para lograr la mayoría en la Cámara de Diputados. Por eso recurre a su tabla de salvación: las fuerzas armadas.
Y no es por intrigar, pero al quedar liberado una buena parte del otro ejército, el de los “servidores de la nación”, lo más probable es que agilizarán sus labores en otro tipo de inoculación, la de millones votantes que aún no están convencidos de los milagros de la 4T, a los que quieren inmunizar contra la oposición.
En los sucesivo es muy factible que veamos a las “brigadas correcaminos” hacer proselitismo en favor de la causa de Morena, con el pretexto de que los programas sociales no se pueden detener, ya que contarán con el amparo del acuerdo por la democracia que se acaba de firmar.
La combinación antiviral guinda y verde olivo ¿será suficiente para contener la oleada del descontento social?
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, puso a Kamala Harris a cargo de resolver el aumento en la migración en la frontera con México. Entre las acciones que desarrollará la vicepresidenta estadounidense, “se centrará en persuadir a México y los países centroamericanos para que intensifiquen la aplicación de la ley en sus fronteras”.