En efecto, es muy lamentable que el gobierno de Estados Unidos no tome en serio al presidente Andrés Manuel López Obrador, pues se viene a sumar a otros descolones sufridos por el mandatario mexicano en sus tratos con otras naciones.
En el caso del vecino del norte, a manera de respuesta a la solicitud presidencial de cortar el financiamiento a agrupaciones que, supuestamente, están en contra del gobierno cuatroteísta, el mandatario estadounidense, Joe Biden anunció que pedirá un 11% de aumento en los fondos para USAID, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, que es el organismo norteamericano que entrega fondos a Mexicanos contra la Corrupción.
El documento del presidente norteamericano también indica que se mantendrán los apoyos a organizaciones que promueven la democracia, combaten la corrupción y “el creciente autoritarismo”, en especial en América Latina y el Caribe, lo que constituye un severo revés a las pretensiones de López Obrador.
Antony Blinken, el secretario de Estado de EE.UU., explicó que esos recursos ayudarán “para impulsar la agenda de política exterior de la Administración Biden en nombre del pueblo estadounidense”.
Otros episodios similares en los cuales presidentes o jefes de Estado de otros países han hecho caso omiso –no toman en serio- las solicitudes formuladas por el tabasqueño, ocurrieron con España y el Vaticano, a los que conminó a ofrecer disculpas por las afrentas cometidas contra la población durante la época de la conquista.
Austria también rechazó el pedido de ejecutivo mexicano para que le permitiera traer el Penacho de Moctezuma para una exhibición, con motivo de los 500 años de la llegada de los españoles y los 200 años de la Independencia de México.
Falta ver si el periplo de Beatriz Gutiérrez Müller de López Obrador tuvo algún éxito con otras naciones europeas, a fin de conseguir obras de arte y documentos relativos a esa época de la historia mexicana, para la mencionada exposición conmemorativa.
Tantos frentazos en el plano internacional, a los que también debe incorporarse las participaciones de Rocío Nahle, secretaria de Energía, en la reunión de la OPEP hace un año, y del propio Andrés Manuel, en la reunión convocada por Biden en relación con el cambio climático, hace unas semanas, son claro indicativo de que algo se está haciendo mal en materia diplomática.
Una posible alternativa para que lo tomen en serio podría ser que López Obrador invite a cenar a esos interlocutores tamales de chipilín a Palacio Nacional, pues ya demostró que esa estrategia sí le dio resultados con los empresarios mexicanos, a los que vendió boletos por 1,500 millones de pesos para la rifa no rifa del avión presidencial.
Visto en su conjunto, se puede concluir que el discurso del mandatario mexicano puede tener buena o gran aceptación entre su feligresía, pero es irrelevante en el ámbito internacional; o bien, que los “moditos lopezobradorianos” no son apreciados en el exterior.
Y lo más lamentables es que sea el propio Andrés Manuel quien haga público que no lo toman en serio, lo que implica un reconocimiento de que la investidura presidencial no tiene la fuerza necesaria para ser escuchada y atendida.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
El gobierno de Israel reclamó a México haberse pronunciado en favor de investigar los probables crímenes de guerra cometidos durante las recientes hostilidades en la Franja de Gaza entre la milicia israelí y la organización islamita Hamas.
@Edumermo