A nadie debe extrañar la conducta de la familia López Obrador. Desde sus tiempos mozos, Andrés Manuel siempre ha preferido “en efe y por adela”, para que no quede testimonio de las aportaciones, donaciones, dádivas o préstamos recibidos con los cuales ha financiado sus movimientos reivindicadores.
Una revisión profunda de sus ingresos en los últimos 45 años, nos indicaría con precisión durante cuantos años pagó impuestos; cuando mucho la mitad de ese periodo y el resto, sin disminuir sus niveles de vida, ha resuelto su vida con una especie de “derecho de piso” que sus fans le han depositado o entregado de manera directa, para pertenecer a tan selecto grupo.
Hoy, como primer mandatario, se desconoce si en sus múltiples giras por el interior del país, cobra y comprueba los viáticos que a todo servidor público se le entregan para cubrir sus gastos cuando realiza su funcion fuera de la sede u oficina de trabajo.
Por eso no es de extrañar que su ejemplo lo apliquen sus familiares o que se use un método semejante para sus programas sociales cuyos recursos, en buena proporción, se entregan de manera directa y en efectivo a los beneficiarios, en tanto se logra sistematizar la entrega en forma electrónica.
Por aquí y por allá se tiene conocimiento de que los padrones de beneficiarios están inflados, que muchos niños y adolescentes nunca han recibido o solo parcialmente las becas prometidas, y sus nombres y domicilios están debidamente censados; lo mismo ocurre con sembrando vida, además de los trucos con el de construyendo el futuro.
Sobre los recursos no entregados de los programas sociales, pero sí contabilizados, a los que la Auditoría Superior de la Federación ha hecho varias observaciones sobre la opacidad con la que operan, se desconoce su paradero y quiénes son los verdaderos beneficiarios.
En los casos de Pío y Martín López Obrador, es harto significativo que el benefactor único sea David León que, cual si fuera rey Midas, lo que toca o le toca se convierte en dinero contante y sonante. Ya sea como recaudador de donaciones de terceros o por su elevada capacidad de ahorro, se ve que el “cash” no le falla y tiene para dar y prestar.
La difusión de los vídeos en donde aparecen los hermanos del presidente Andrés Manuel recibiendo -en sobres papel manila- importantes sumas de efectivo son obscenos, porque en ellos se ve con claridad la intención de David León y quiénes estén detrás suyo, de obtener un pago o recompensa a futuro, por su desinteresada y altruista ayuda.
Hasta el momento se desconoce si el ex funcionario público era el único aportante o había más personas con esa condición en 2015 y años posteriores. Otro misterio por lo que se ve, al menos en este sexenio, quedará sin resolverse, sobre todo porque el manejo de efectivo es muy difícil de rastrear, de ahí la preferencia de los López Obrador por “en efe y por adela”, para que no quede huella, que no y que no, que no quede huella.
No obstante las evidencias grabadas en video, las autoridades fiscalizadoras guardan silencio como momias, por lo que ambos casos seguramente quedarán sobres…eidos, para no perder la costumbre de los sobres.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Con bombos y platillos a todo lo que dan y algunos “madrugadores” se puso en marcha el Cable USB, que irá de Cuautepec a Indios Verdes. Me quedé con la misma sensación que cuando se inauguró la llamada “Línea Dorada” del Metro.
@Edumermo