Desconozco si eso sea pensar, más allá de si es diferente, pero destinar 50 mil millones de pesos, de manera adicional a la Guardia Nacional para el próximo año, como fórmula para evitar que se pudra y los índices de criminalidad sean los más altos en la historia de México, es engaño y autoengaño.
Contar con cinco veces más de personal operativo federal para labores de seguridad pública e interior, sin que disminuyan de manera significativa los homicidios dolosos, es vana gloria de la cual se ufana el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Si antes de la llegada del proyecto transformador, había una relación de casi 1.5 a 1 entre los miembros en operativos de la Policía Federal (20 mil) y los asesinatos (más de 34 mil) en 2019, un año después con 100 mil integrantes de la Guardia Nacional, el número de crímenes se mantuvo con las mismas cifras.
Haber hecho crecer cinco veces las fuerzas de seguridad, se esperaría que el número de homicidios disminuyera en forma proporcional. Sin embargo, que en 2020 y en el presente año, este indicador se mantenga prácticamente en iguales niveles es un rotundo fracaso, aquí y en cualquier parte del mundo.
Sin embargo, la visión diferente del primer mandatario, considera que se debe premiar a un agrupamiento que no brinda suficiente seguridad a los mexicanos y más bien parece guardia pretoriana, sujeta a garantizar los caprichos y proteger los intereses de la clase en el poder -con funciones de patrulla fronteriza, entre los más sobresalientes.
Los 50 mil millones de pesos de presupuesto extraordinario que se otorgará a la GN, es 1.5 veces el monto originalmente estimado para comprar las vacunas anticovid (32 mil millones de pesos); o bien el equivalente a dos terceras partes de lo que el gobierno actual gastó en el presente año para comprar medicamentos.
¿Cuáles son las motivaciones o temores de López Obrador para dar un trato preferencial y apapachador a las fuerzas de seguridad, llámese Ejército, Marina o Guardia Nacional?
Otorgar trato mega preferencial a estos agrupamientos, incluso por encima de la salud de los mexicanos, efectivamente es una óptica diferente -que no pensamiento. Y sí ese es el cambio verdadero, como asegura Morena, bien puede afirmarse que dicho cambio es una manzana envenenada, a punto de podrirse.
Dar a conocer esta determinación, justo cuando la tercera ola de la pandemia muestra una virulencia real, lejos de un pequeño rebrote como se quiere presentar, es un atentado a la salud de la población, sobre todo si se tiene en cuenta que los planes de abastecimiento de medicinas siguen sin dar los resultados mil veces anunciados y mil veces pospuestos, nos muestra con claridad el “humanismo pretoriano” de la actual administración.
Esos 50 mil millones de pesos tendrían mayores beneficios para la salud de los mexicanos, si se aplicarán para una compra importante de medicamentos, insumos y equipos de salud; se superaría la escasez prevaleciente de los mismos al asegurar un abasto oportuno y suficiente.
Por lo visto hasta la fecha, es poco probable que la mayoría morenista y aliados en el Congreso de la Unión eche para abajo el proyecto pretoriano del titular del ejecutivo y decida canalizarlo a avanzar hacia el sistema de salud nórdico prometido.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Todo indica que, durante la segunda mitad del gobierno, tendremos la versión 4T del tercermundismo echeverrista y un vuelco hacia la política exterior, pues en la interior las cosas no caminan.
@Edumermo