El 2017 trajo una sensación de amplia incertidumbre en México, resultado de una suma de factores externos e internos, con impactos potenciales para la sociedad, preocupada por la crisis que podría desatar el alza en el precio de la gasolina; para los gobiernos estatales, preocupados por los nuevos recortes presupuestales y para el gobierno federal, quien debería enfrentarse a una crisis diplomática con los Estados Unidos, para la que no estaba preparado. Pero, ¿y el Congreso?
La Cámara de Diputados terminó el 2016 en medio de una serie de señalamientos ante su falta de sensibilidad de cara a los ciudadanos, quienes se enteraban a través de los medios de comunicación, de los altos montos que los legisladores se otorgaban por concepto de bonos, mientras se daba cuenta de la aprobación de un presupuesto federal con recortes, incluso en dependencias clave como la Secretaría de Salud y la de Educación.
El Senado por su parte, también culminó el año cuestionado, debido a la falta de acuerdos entre las diversas fuerzas políticas y que impidió la aprobación de una serie de importantes reformas en materia de seguridad. Por mencionar algunas:
Por si faltara un ingrediente, este año están arrancando gobiernos en diferentes estados y municipios que vivieron un proceso electoral durante el 2016 y estamos por iniciar uno nuevo, por lo que se espera la salida de una cantidad significativa de legisladores, para ocupar otros cargos.
Hoy, es difícil saber cuál será el eje que marque los trabajos de la presente Legislatura o si cuentan aún con la capacidad para construir acuerdos, cuando restan todavía dos años de trabajo. Los frentes parecen abrirse todos los días, local, nacional e internacionalmente, y no puede permitirse que el Congreso sea un espectador más ante una realidad que nos obliga a la reflexión y la participación coordinada.
Se abre pues, un momento de oportunidad para que los legisladores federales se vuelvan a acercar a las necesidades de sus representados, generando nuevos esquemas de diálogo con Presidentes Municipales, Congresos Locales y la sociedad civil en su conjunto, para construir propuestas alcanzables y de impacto directo en los estándares de desarrollo actual.
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