A 32 días de la tragedia ocurrida en la mina de carbón el Pinabete, Coahuila, donde diez mineros quedaron atrapados en uno de los pozos, sus familiares asistieron al lugar para despedirlos con una misa, globos blancos, flores, fotografías y mariachi.
El homenaje fue realizado en absoluta privacidad y solo asistieron familiares cercanos de las víctimas.
Desde el primer momento el presidente López Obrador ordenó el desplazamiento de equipos de seguridad de distintas dependencias: Marina, Ejército, Protección Civil y Guardia Nacional, entre otras, además de las policías municipal y estatal.
“La prioridad es 1: rescate; dos: fincar responsabilidades y castigar; a culpables; tres: protección a familiares”, señaló López Obrador.
Los familiares se mantenían a la espera de un milagro.
“Y le pido mucho a toda la gente que pida mucho, Diosito es muy grande y que hagan oraciones, muchas oraciones por qué es lo que necesitamos, necesitamos pedir mucho a Dios para que salgan con bien y esperamos y estamos todo seguro de qué va a salir con bien”, dijo Enedeida Toledo, familiar del minero atrapado, Jaime Montelongo.
Incluso Juana, cuyos hermanos trabajaban en el pinabete, dos alcanzaron a salir antes del derrumbe, pero uno de ellos quedó atrapado.