Era 1980 y el país enfrentaba una crisis agrícola que puso en jaque la soberanía alimentaria de México, el entonces presidente José López Portillo creó el sistema alimentario mexicano con el Sistema Nacional para el Abasto como punta de lanza, con 20 proyectos que incluían el acopio, distribución, transformación, comercialización y consumo de alimentos para paliar la problemática.
Era necesario que la cadena de suministro alimentaria estuviera integrada y ordenada, más una urgente modernización en la comercialización de productos alimenticios de consumo generalizado. Una de las empresas pioneras que enfrentó con éxito esta disyuntiva fue El Sardinero, con casi un siglo de existencia y que desde 1992 empezó a surtir programas alimenticios público y privados en el territorio nacional.
En un artículo sobre las tendencias para este ramo productivo, la periodista experta en el sector alimenticio, Guillermina García, confirma que toda la cadena de suministro de la industria alimentaria genera un valor de 1.5 billones de pesos anuales, “lo que equivale al 22% del PIB nacional. 5 millones de familia dependen de ella y se genera el 34% de los empleos totales de todo el país. Por esa razón, es la más importante en la economía mexicana”.
Desde la crisis agrícola en los 80´s, el gobierno federal fue desarrollando diversos controles, hasta desarrollar una ley para toda la cadena de suministro, conocida como Ley 16/2021, que incluye las exigencias de la Directiva (UE) 2019/633 del Parlamento Europeo y del Consejo, con la finalidad de profundizar una cadena alimentaria equilibrada y justa en beneficio del sector primario y consumidores finales.
También se afinó la seguridad alimentaria desde la producción, recolección, distribución, almacenaje, abasto y última milla, con certificaciones como la ISO 22000, primera norma internacional para implementar un sistema de gestión de seguridad alimentaria certificado, la cual incorpora todos los elementos Buenas Prácticas de Manufactura (GMP) y Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP).
El Sardinero no sólo cumple con esta certificación, sino con la FSSC 22000, norma de seguridad alimentaria comparada y aprobada por la Iniciativa Global de Seguridad Alimentaria (GFSI), además de los ISO´s 9001, 14001 y 28000, para garantizar la distribución de alimentos seguros libres de riesgo.
La empresa fundada por el empresario Jorge Carlos Fernández Francés con tres décadas de experiencia y desarrollo de innovación, tecnología e infraestructura para toda la cadena de suministro alimentario, sorteó con éxito la emergencia sanitaria por Covid 19, que implicó un reto sin precedentes para la distribución de alimentos ante el cierre de actividades decretado por el gobierno federal por el coronavirus Sars Cov-2.
“Para 2023, esta industria enfrenta el reto de mejorar y eficientar el control de inventarios, la logística de transporte de la comida, el almacenamiento y preservación de los alimentos, el suministro y la demanda, además de reducir el desperdicio de comida”, explicó el empresario, quien puntualizó que en la empresa son conscientes del papel que juegan para alcanzar la tan ansiada soberanía alimentaria de México.