Por: Enrique Valadez González
Durante su Primer Informe de Gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador, presumió la cifra récord de remesas registrada al primer semestre del año, aunque admitió que,sin ellas la economía del país estaría mal e incluso dijo que el dinero que envían los mexicanos a sus familiares, es una “bendición”.
Y sí, la 4T también ha sido bendecida con la llegada de remesas, que en los últimos sexenios han sido de gran ayuda para la economía mexicana, al ser la principal fuente de divisas para México, por encima del petróleo y del turismo.
¿Por qué siguen creciendo las remesas? Porque se mantiene un aumento, aunque moderado, del volumen de emigrantes mexicanos hacia Estados Unidos, pese a la política antiinmigrante de Donald Trump, y por el bajo nivel de desempleo que hay en ese país, que permite emplear a más connacionales.
Cifras del Banco de México (Banxico) revelan que,en 2018 México recibió 33 mil 500 millones de dólares por concepto de remesas, – de las cuales dependen 1.6 millones de hogares- con un crecimiento superior al 10%, y que significaron el 3.0% del PIB del país.
Juan José Li Ng, economista Senior de BBVA, prevé que para 2019, México recibirá cerca de 36 mil millones de dólares por remesas, con un crecimiento del 7.0%, lo que rompería un nuevo nivel máximo histórico.
Pero este incremento no es una buena noticia para México, pues se sustenta en la falta de oportunidades laborales para los connacionales, que tienen que migrar a Estados Unidos para obtener un ingreso decoroso, además de que aumenta la dependencia hacia la economía de otro país.
Y es que, Estados Unidos es el principal país de origen de las remesas que llegan a México, con el 95.4% del total, seguido de Canadá con 1.1%
De acuerdo con un estudio del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) y Banorte, el 71.1% del total de remesas son recibidas por mujeres.
Y sí bien estos recursos apoyan la economía de las familias receptoras, no han significado un cambio para los principales estados receptores: Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Guerrero y Puebla, que mantienen altos niveles de pobreza y violencia, debido a la falta de proyectos productivos para sacarles mayor provecho.
Además, las cifras récord siguen demostrando que el “sueño americano” está más vivo que nunca, atrayendo a ciudadanos cuyos países de origen han fallado en brindarles un empleo bien remunerado.
Morralla
Recientemente, la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), de Enoch Castellanos, llevó a cabo su Consejo Directivo Nacional, el cual causó gran revuelo debido a la presencia de la Olga Sánchez Cordero, secretaría de Gobernación, quien dirigió un emotivo mensaje a los empresarios por su compromiso para impulsar el desarrollo económico, generar empleos y abatir la pobreza.
Ante cerca de 400 representantes de las más de 60 delegaciones que tiene este organismo en todo el país, dijo que el gobierno federal está dispuesto a acompañarlos en todas aquellas acciones que tengan como objetivo impulsar el crecimiento para lograr una mejor calidad de vida. El discurso permeó de manera positiva entre los asistentes, dadas las versiones que señalan que el gobierno no se acerca a los empresarios.
En el mismo evento se llevó a cabo el cónclave que reunió a los principales jugadores del sector plástico. En el foro titulado: “Una nueva economía del plástico en México” se escuchó todo tipo de propuestas para una legislación efectiva de este material de un solo uso y de las acciones que llevará a cabo la industria para solucionar la contaminación de estos desechos.
Los principales temas que rodaron sobre la mesa fueron una legislación alejada de las prohibiciones, pues estas más allá de solucionar el problema, podrían magnificarlo.
Y es que incluso, la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (ANIPAC), que comanda Aldimir Torres, ha advertido a la población sobre la complejidad y consecuencias ambientales que el uso de plásticos biodegradables para elaborar bolsas, desechables y empaques sustitutos pudiera provocar.
Para que un plástico se pueda biodegradar es necesario una infraestructura (que no tenemos), establecer mecanismos de evaluación y certificación, sistemas de identificación y ecoetiquetado, campañas educativas para la población, obligatoriedad de la separación de los biodegradables de otros materiales, todo ello para que estos plásticos puedan ser sometidos a un proceso de composta y, hasta ese momento, se pueda completar el proceso de biodegradación. No es tan fácil.
Nos leemos el próximo martes…