Las labores que la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizan en Chiapas para recuperar el patrimonio cultural afectado por los sismos de 2017, continúan ya se concluyeron los trabajos de restauración en 14 templos y en la Zona Arqueológica de Iglesia Vieja. A la fecha, se ha finalizado la atención de 44 inmuebles y cuatro zonas arqueológicas, en tanto, otros 23 monumentos históricos están en proceso de obra.
En la ciudad de San Cristóbal de las Casas se recuperaron dos emblemáticos monumentos históricos: los templos de San Nicolás y de La Merced, de los siglos XVII y XVIII, respectivamente. El primero, es el edificio más antiguo de esa población, situado en el centro histórico, y comprende una rústica construcción de adobe —la última de estilo mudéjar elevada—, el cual resultó con una fisura horizontal en la espadaña de la fachada principal, así como con grietas y desprendimientos de aplanados en los muros perimetrales, así como el deslizamiento de las tejas de su cubierta.
El segundo recinto histórico sufrió daños de consideración, entre ellos grietas en la espadaña, en la torre sur y en la unión de muros de la capilla norte con la nave; fisuras en el arco triunfal y en claves de arcos de los campanarios, así como desprendimientos de aplanados de la fachada. Las afectaciones de ambos inmuebles fueron resarcidas por la empresa contratada para ello, bajo la supervisión y coordinación de especialistas del Centro INAH Chiapas.
Otro de los inmuebles cuyas labores de restauración finalizaron, es el templo dedicado a San Antonio, en Chigtón, en el municipio de Ixtapa. La edificación del siglo XIX presentó fisura en la parte frontal del interior del templo, a la altura de los campanarios, el agrietamiento de paredes interiores y el deslizamiento y rotura de tejas, entre otras afectaciones, que fueron reparadas en tiempo y forma.
En el municipio de Comitán de Domínguez, el Templo de San Sebastián, cuya construcción original es de la época colonial, se atendieron las grietas del pináculo de la torre oriente y de la torre poniente, así como los desprendimientos de ornamentación, de molduras de varias secciones de la fachada y de partes de los vitrales.
Edificado en el siglo XVII, con modificaciones en las centurias subsecuentes, el Templo de San Juan Bautista, en Ocozocoautla, registró daños en elementos estructurales y en la espadaña, además de fracturas y desprendimientos de aplanados. Su atención implicó la restauración por medio de inyección de grietas, el trastejo (reposición de tejas) y restitución de aplanados, entre otras labores.
De importancia regional, el Templo de San Juan, en Jitotol sufrió graves afectaciones, como fisuras y grietas en los muros laterales y testero, lo que ocasionó el desprendimiento de piedra en algunos de ellos; grietas en los contrafuertes y en la espadaña y la perdida de viga de arrastre (cimentación), daños que pusieron en riesgo de colapso al inmueble, el cual fue recuperado en su integridad.
En el municipio de Chalchihuitán, el Templo de San Pablo Apóstol, construido en el siglo XVIII, fue atendido con el retiro, impermeabilización y limpieza de tejas dañadas, así como la colocación de varias nuevas. También se intervino la unión de la espadaña y la entrecubierta, y se hizo el resane con argamasa de la corona de los muros exteriores, entre otros trabajos.
Rematado por impresionantes cubiertas de madera y teja acanalada de barro con un falso plafón de triplay barnizado, en el Templo de San Dionisio, en Pueblo Nuevo Solistahuacán, se atendieron las fisuras, las grietas y los desprendimientos de aplanados en los muros en general, y aberturas profundas en la torre campanario.
El Templo de la Virgen de la Asunción, del siglo XVI, ubicado en Soyatitán, en el municipio de Venustiano Carranza, cuya majestuosa portada ha ejercido influencia en el diseño de numerosas fachadas chiapanecas —los especialistas consideran que su calidad es muy superior a la de otras iglesias de indios—, fue objeto de tareas de restauración, como la inyección de grietas, la consolidación de aplanados y muros, además del reacomodo de la cubierta.
En el Templo Magdalena Aldama, del siglo XVIII y el cual se localiza en el municipio de Aldama, se repararon afectaciones graves como la grieta severa de la torre principal y de las paredes de la nave principal, además se atendió el desprendimiento de aplanados y deslizamiento de tejas.
Construido en las dos primeras décadas del siglo XVII, el Templo Natividad, en Aguacatenango, municipio de Venustiano Carranza, recuperó su majestuosidad tras la reparación de las grietas registradas en la espadaña de la fachada principal, en los muros laterales que hacen unión con la fachada, así como de las fisuras que presentaba el inmueble en general, y el desprendimiento de aplanados.
En Tenejapa se recuperó el Templo de San Ildefonso, del siglo XVIII, al que se le realizaron trabajos de restauración en la cubierta, además de la consolidación de las grietas de los muros interiores del coro y el sotocoro, así como de la fachada, además de la reconstrucción total de la espadaña.
En los templos de la Virgen de la Concepción y de San Agustín, en La Trinitaria y Tapalapa, respectivamente, se llevó a cabo la consolidación de grietas en muros y el trastejo.
En cuanto a bienes muebles e inmuebles por destino, a la fecha, el INAH ha restaurado 14 conjuntos en el mismo número de inmuebles referidos, que incluyen esculturas, óleos, pintura mural, retablos y decoraciones arquitectónicas. Asimismo, otros 22 conjuntos de bienes muebles están en proceso de restauración.