Se trata de la primera declaratoria de la 4T que encabeza Andrés Manuel López Obrador y que reconoce al centro de la comunidad de Tihosuco, como Zona de Monumentos Históricos (ZMH).
Dentro de esa poligonal se reconoce a 20 manzanas que, a su vez, contienen un total de 31 edificios construidos entre los siglos XVII y XIX, cuyos usos pretéritos fueron variados: templos religiosos, exconventos, cementerios, escuelas y edificaciones civiles.
Tihosuco, cuyo nombre maya es Jo’ tsuk —vocablo que significa “cinco estómagos” o “cinco rumbos”— en tiempos prehispánicos fue la capital del cacicazgo de Cochuah.
Su ubicación geográfica hizo que, luego de la llegada de los españoles y de la conquista que en la región emprendió Francisco de Montejo ‘El Mozo’, se estableciera allí, a mediados del siglo XVI, el punto nodal franciscano para la evangelización en los territorios periféricos.
Debido a su bonanza regional y su posición geográfica entre Valladolid y el puerto de Bacalar, Tihosuco fue blanco de piratas y filibusteros. En 1686, el encomendero de Tihosuco, Ceferino Pacheco, enfrentó a los corsarios Lorencillo y Agrammont. En 1727, corsarios ingleses atacaron a los pueblos de Chunhuhub y Telá, llegando hasta Tihosuco.
El acontecimiento histórico más recordado en Tihosuco, aún viviente entre sus habitantes más señeros, ya que se inscribió dentro de la insurrección indígena más larga de América Latina: la Guerra de Castas, que inició en 1847 y concluyó hasta entrado el siglo pasado.
La Escuela Primaria Jacinto Pat —asentada en parte de un inmueble histórico comprendido en la ZMH— hereda el nombre del líder que, en el siglo XIX, organizó a las comunidades y enfrentó a los criollos que, en el caso de Tihosuco, se atrincheraron en el Templo del Santo Niño Jesús, atacado finalmente por la fuerza maya.
Tras la Guerra de Castas, el centro histórico que ahora cuenta con la declaratoria de Zona de Monumentos Históricos, quedó totalmente abandonado, por lo que, paulatinamente, fue ‘redescubierto’ por campesinos llegados al sitio desde Valladolid y otras regiones de la península de Yucatán.
En el acto de entrega de la declaratoria de Tihosuco como ZMH, también estuvieron las subsecretarias de Desarrollo Cultural y de Diversidad Cultural de la Secretaría de Cultura federal, Marina Núñez Bespalova y Natalia Toledo, respectivamente; Arturo Balandrano, director general de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura federal; Jaqueline Estrada, titular del Instituto de Cultura y las Artes de Quintana Roo; el director del Centro INAH Quintana Roo, Margarito Molina; y Roger Oy Aké, presidente del Comité de Casas Coloniales de Tihosuco, entre otros funcionarios.