El Estado de México está lleno de magia, color y talento, porque en sus 125 municipios hay manos mágicas que trasforman la materia prima en piezas que icónicas o ganadoras de concursos estatales y nacionales.
La entidad tiene una diversidad en el arte popular, cuenta con 13 ramas artesanales y 44 subramas; además, gracias a sus cinco pueblos originarios, es productor de piezas que le han dado identidad a la tierra mexiquense.
Los integrantes de estas etnias son herederos de saberes centenarios que se transmiten de generación en generación, con la tradición oral y otros, que no propiamente nacieron en familias de artesanos, abrazaron ciertas técnicas y saberes.
Cuando se habla de alfarería se piensa en Metepec; si se trata de la cerámica de alta temperatura Temascalcingo es el que se distingue por ello; los textiles tienen su cuna en Tenancingo, lugar donde maestros artesanos hacen lienzos únicos.
Teotihuacán es conocido por la elaboración de piezas de obsidiana mientras que el gremio artesanal de Ixtlahuaca y Tianguistenco se ha especializado en prendas de lana como suéteres, guantes, chamarras, gorros, ponchos y cobertores, por mencionar sólo algunos.
Desde el Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM), se impulsa lo hecho en el territorio, a través de capacitaciones y de la comercialización de los productos.
Hoy por hoy, el arte popular mexiquense se comercializa a través de las nueve Tiendas de Artesanías “Casart”, así como de manera digital en las plataformas de Amazon y Mercado Libre, también se puede hacer a través de WhatsApp al 722-148-6220.