Por Laura Haro Ramírez
Secretaria de Vinculación con la Sociedad Civil del CEN del PRI
Las ciudades son las responsables de la crisis socioambiental del planeta. Es en éstas donde se concentra la mayor densidad de población, en donde se consumen más recursos, y quienes generan más afectaciones al medio ambiente por los altos volúmenes de residuos sólidos, emisiones a la atmósfera, deforestación, entre otros. Para 2050 se calcula que el 70% de la población mundial vivirá en las ciudades del mundo, asimismo se considera que los desechos a nivel mundial crecerán un 70 % (Banco Mundial, 2018).
Podría decirse que, la planificación y la ocupación del territorio es la columna vertebral por la que las ciudades logran ser sostenibles o no, sin embargo, estos elementos también se ven impactados por entornos políticos, sociales y económicos cambiantes y hace que la problemática presente causas multifactoriales e interdependientes.
Las ciudades en América Latina y el Caribe son mayormente vulnerables ante los efectos de emergencias y desastres ocasionados por embates de la naturaleza o por la intervención del ser humano; las consecuencias se evidencian en la afectación a la salud y pérdida de vidas, así como en el daño que se puede producir a los sistemas sociales, económicos y ambientales. Además de que sus efectos pueden perdurar por largo tiempo y dificultar el desarrollo de las sociedades. Ante estos escenarios, es necesario ampliar los espacios de concertación, orientados a la identificación y compromiso de los actores sociales con el proceso organizativo y toma acertada de decisiones.
La resiliencia en las ciudades, es la habilidad de un sistema urbano de recuperarse después de una crisis o una catástrofe mientras contribuye positivamente a la adaptación y la transformación.
Por tanto, una ciudad resiliente es aquella que evalúa, planea y actúa para preparar y responder a todo tipo de obstáculos, ya sean repentinos o lentos, esperados o inesperados.
Generemos una mayor cultura de la prevención y de la previsión. Entendamos la resiliencia como una forma de anteponernos y superar los retos que hoy vivimos a nivel global y abonar a vivir en entornos más prósperos.