Ninguna batalla es pequeña cuando se trata de frenar el deterioro ambiental, y bajo esa premisa, la diputada Teresa Ramos Arreola inició una cruzada en contra de los chicles tirados en la calle o pegados en bardas y monumentos de la Ciudad de México.
La pevemista presentó en el Congreso de la Ciudad de México una iniciativa para aplicar multas que van desde mil 689 hasta 16 mil 898 pesos, a quien arroje chicles en la vía pública, al considerarse un daño ambiental, a la imagen urbana, y con altos costos para removerlos.
“Fue una idea que analicé, estudié y la presenté, y ha tenido mucho éxito”, y pequeñas acciones como ésta se sumarán a otras para hacer un cambio, pues ya no podemos ser insensibles al tema del cambio climático y el daño al medio ambiente.
¿Por qué los chicles?
Porque ha sido una demanda que los ciudadanos me han compartido incluso por redes sociales.
“Caminamos todos los días en el primer cuadro de la ciudad y hay una gran concentración de chicles pegados, es más visible por ser el Centro Histórico”, explica la presidenta de la Comisión de Medio Ambiente del congreso capitalino.
En México, una persona consume medio kilo de chicles al año en promedio, podría parecer una cifra insignificante, pero los chicles masticados tardan cinco años en degradarse.
El Departamento de Bioquímica del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, ha alertado que cada chicle depositado en el espacio público es un gran foco de infección y un riesgo para la salud de los habitantes, ya que puede albergar hasta 10 mil bacterias y hongos recogidos del medio ambiente en que se encuentra.
“No se trata de cualquier residuo que se tira al bote, un chicle puede traer enfermedades graves al estar a la intemperie, como salmonelosis, entre otras, por eso la importancia de tirarlo en un lugar adecuado, que haya un contenedor específico para chicles”, subraya la licenciada en Derecho y Maestra en Alta Dirección de Gobierno y Políticas Públicas.
Además –dijo- quienes arrojan gomas de mascar al suelo están poniendo en riesgo la vida de diferentes animales, ya que son ingeridas por su aroma dulce, provocando en muchos de los casos obstrucción al interior de su cuerpo o una infección intestinal difícil de curar, provocándoles la muerte.
Aproximadamente el 20 por ciento de la superficie del Centro Histórico de manera periódica está repleta de chicles. El caso más emblemático es la calle Francisco I. Madero, donde se han contabilizado entre 150 mil y 200 mil chicles sellados en el piso.
La vicecoordinadora del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en el Congreso local adelantó que por el momento se está reuniendo con el gremio de la industria del chicle para llegar a un acuerdo y “tendremos sorpresas”.
¿Multas excesivas?
Ante algunas voces que han señalado un exceso en las multas por tirar los chicles, la diputada ecologista subraya que “cuando nos cuesta algo, si ponemos atención”. Por ejemplo, en Estados Unidos nadie tira la basura en la calle por que las multas son elevadas”.
Además, deja en claro que si es la primera vez que se sorprende a alguien tirando un chicle, no se le aplica ninguna multa, pero si es reincidente, entonces si se le multará.
“No se trata de un tema de recaudar impuestos, la finalidad es hacer conciencia y terminar con esta problemática ambiental, y es simple, “si no quieres que te cobren, no tires el chicle en la calle”, enfatiza.
Tere Ramos busca además que esta iniciativa permee no solo en la Ciudad de México, sino en todo el país, pues el daño al medio ambiente no conoce límites político o territoriales, y su cruzada seguirá adelante.
En 2018 fue candidata a diputada local por el Distrito 8 de Tláhuac por el principio de primera minoría y obtuvo la mejor votación histórica de los 33 distritos locales del Partido Verde en la Ciudad de México
Iniciativas que ha impulsado Tere Ramos
- Prohibición de plásticos de un solo uso.
- Educación ambiental en escuelas de educación básica.
- En el delito de feminicidio se aumentan las penas al doble.
- Guardería para hijos de madres estudiantes.
- Bebederos en todas las áreas verdes, parques públicos, y oficinas de gobierno.
- Bancos de alimentos en la CDMX.
- Que las respuestas de información pública se otorguen en lengua materna.