Acorde con información oficial documentada en diversos reportes, la contaminación que presenta la Presa Madín no es reciente, sino viene de tiempo atrás y ha sido generada por diversas causas, explicaron expertos quienes desmintieron que las afectaciones sean recientes y ocasionadas por rellenos sanitarios de la zona.
Recientemente, autoridades gubernamentales han responsabilizado al relleno sanitario “Puente de Piedra”, de Naucalpan, como el máximo responsable de la mortandad de fauna en el cuerpo de agua, esto a pesar de que existen antecedentes documentados que dictaminan que el problema no es nuevo.
La Presa Madín presenta polución por metales pesados como el aluminio y el mercurio, además de que se detectó la presencia de plaguicidas, entre otras sustancias nocivas, a pesar de las pruebas dichas autoridades insisten responsabilizar a los sitios de disposición final de residuos, en especial uno de reciente construcción.
Cabe destacar que el relleno sanitario señalado no existía en enero del 2020, cuando la Conagua detectó diversas problemáticas como problemas operativos de la planta de Presa Madín así como el deterioro en la calidad del agua, como quedó asentado en el comunicado No. 072-20, donde también se mencionó la necesidad “urgente” de dar tratamiento a sus aguas.
Además, en mayo de este año investigadores de la Comisión de Cuenca de la presa confirmaron la presencia de metales, plaguicidas, incluidos DDT, diazinon y fentión, además de ingredientes activos de fármacos presuntamente provenientes de descargas industriales y domésticas desembocadas directamente en la prensa, mismas que no han sido revisadas sistemáticamente por personal de Conagua o Profepa.
En contraparte, el relleno sanitario aludido cuenta con autorización vigente en materia de impacto ambiental otorgada por la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno del Edomex y su construcción se ha realizado bajo las consideraciones de la NOM-083-SEMARNAT-2003, que contempla zanjas de conducción y captación de lixiviados en los pisos de todas las celdas de recepción, geomembrana en las celdas, entre otros.
En comparación con los tiraderos a cielo abierto, que no tiene una infraestructura para el correcto manejo de residuos, los rellenos sanitarios deben cumplir las directrices establecidas en la Norma Oficial Mexicana NOM-083-SEMARNAT-2003 para su operación y servicio, sobre el óptimo manejo de los desechos que llegan sus instalaciones.