Lleno de frescura, así luce el ahuehuete que, en unos días, renovará la vitalidad del Paseo de la Reforma.
Es el ahuehuete que hundirá sus raíces profundas en la glorieta que solía ser hogar de una palma centenaria.
“Es una especie, pues muy nuestra, es nuestro emblema nacional, es una especie monumental”, Isidro Recillas Silva, subdirector de Diseño y Evaluación de Proyectos, Infraestructura Verde de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA).
El ahuehuete de doce metros de alto arribó hace una semana al Vivero Nezahualcóyotl, al sur de Ciudad de México, proveniente de Montemorelos, Nuevo León. Hizo un cauteloso pero firme recorrido de casi 900 kilómetros.
Este ejemplar muy joven se alista para pasar toda una vida acompañando el ir y venir de los capitalinos.