“Padre, vengo confiadamente ante tu trono para obtener gracia para el oportuno socorro”, reza la etiqueta de una veladora “preparada”, que protege contra el coronavirus, y que se vende por 40 pesos en un mercado del municipio de Villahermosa, Tabasco.
Y es que, ante la crisis propiciada por la pandemia del Coronavirus COVID-19 en México, la gente recurre a la religión, o a las costumbres de los abuelos, aunque algunos más, a métodos fuera de la medicina, para evitar contraer el virus.
Por ejemplo, en la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México se ofrecen terapias de prevención contra el COVID-19 con campos magnéticos pulsados y biomagnetismo, además de medicina complementaria para desactivar el virus.
“Regale salud a sus seres queridos”, dice un cartel con varios números telefónicos donde se ofrece también un aumento de las defensas del cuerpo con oxigenoterapia.
Pero para aumentar las defensas, también está el gordolobo, eucalipto y la buganvilia, para evitar la gripa, tos e infecciones respiratorias.
“La gente viene a preguntar que hierba le sirve para protegerse de la gripe, la influenza y el mentado COVID, quieren tomar cosas naturales para prevenirse”, dice una marchanta de un tianguis de la alcaldía Coyoacán, al sur de la Ciudad de México.
Mientras que en el mercado Pino Suárez, el más importante de Villahermosa, puestos de productos esotéricos ofrecen una veladora que se debe “pasar por todo el cuerpo” y rezar la oración que viene impresa en ella, junto con una imagen del Coronavirus.
De acuerdo con medios locales, algunas personas también han adquirido el famoso escapulario del Sagrado Corazón de Jesús, el cual utiliza el presidente Andrés Manuel López Obrador, para enfrentar a sus enemigos y a la enfermedad.
Y es que, el 18 de marzo, la prensa le preguntó al mandatario sobre las medidas de su gobierno para contener la propagación del COVID-19, a lo que respondió, mostrando dos imágenes:
“El escudo protector es como el detente (…) El escudo protector es la honestidad, eso es lo que protege, el no permitir la corrupción (…) Detente, enemigo, que el corazón de Jesús está conmigo”.