Más de cien personas originarias de Santiago Mexquititlán, del municipio de Amealco, en Querétaro, que residen desde hace más de 20 años en Ciudad de México, se encuentran en las instalaciones de lo que fue Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), en la colonia Xoco, hoy Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas “Samir Flores Soberanes”.
Esto, luego de que en septiembre de 2017 fueron desalojados de un predio que estaba en riesgo de derrumbe, en la calle de Roma 18, ubicado en la colonia Juárez.
Después del desalojo no fueron reubicados, por lo que acamparon afuera del lugar. Así pasaron seis meses, tiempo que se vieron limitados para vender sus artesanías, principal medio de subsistencia, dado el contexto sanitario por COVID-19. Esto agravó su situación económica e incentivó la organización para tomar este inmueble, en exigencia de que sus demandas fueran atendidas.
Es así que a dos años de ese evento, y de diversos intentos de diálogo, las demandas del derecho a la vivienda, al trabajo, a la educación y salud, no han sido cumplidas, denunciaron integrantes de la comunidad otomí residente en Ciudad de México.
Filiberto Margarito Juan, concejal de la comunidad Otomí residente en Ciudad de México, informó en entrevista con Once Noticias que a dos años de la toma de este espacio, el balance es “muy malo” puesto que existen omisiones del Gobierno Federal y local a sus demandas.