La desconfianza en la calidad del agua de la red pública en México ha llevado a que, durante años, los hogares opten por el consumo de agua embotellada. Según datos de Kantar Worldpanel, en 2017 el 98% de los hogares mexicanos adquirían agua en garrafón, con un consumo anual promedio de más de mil 500 litros por hogar. Aunque este comportamiento comenzó a disminuir, en 2023 aún el 80% de los hogares se mantenían dependientes de este recurso. México sigue encabezando, junto con Tailandia, el consumo per cápita de agua embotellada, con 274 litros anuales, según PureWater.
En este contexto, muchas familias mexicanas han comenzado a explorar alternativas más sostenibles y económicas para acceder a agua potable, como los sistemas de filtrado. Un ejemplo de esta tendencia es el incremento del uso de filtros en los hogares de Jalisco, que pasó del 5.2% en 2021 al 9.5% en 2023, según datos de UDG TV.
Sin embargo, un desafío importante sigue siendo la falta de comprensión sobre las diferencias entre filtros y purificadores. Muchas personas creen erróneamente que ambos sistemas garantizan el mismo nivel de protección.
De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-244-SSA1-2020, los equipos destinados al tratamiento doméstico del agua deben garantizar, al menos, un 99.9% de eficiencia en la eliminación de microorganismos. Los filtros, aunque eficaces para eliminar partículas visibles y sedimentos como arena, óxido y polvo, no tienen la capacidad de eliminar microorganismos ni contaminantes químicos, lo que hace que no cumplan con el estándar necesario para asegurar agua potable.
El problema radica en que el agua en México presenta mayores niveles de contaminación en comparación con otros países, lo que hace que solo filtrar no sea suficiente. Por ejemplo, a diferencia de Europa, donde gran parte del agua que llega a los hogares es potable, en México la infraestructura de distribución es deficiente, con tuberías antiguas y fugas que facilitan la contaminación cruzada. Además, los ríos y acuíferos que abastecen a muchas ciudades del país reciben descargas industriales y agrícolas sin el tratamiento adecuado.
Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló que en 2018 sólo el 57% de las aguas residuales municipales recolectadas en el país eran tratadas antes de su reutilización. En contraste, en Europa, países como Bélgica, Bulgaria y España reportan que el 100% de sus aguas residuales reciben tratamiento adecuado, lo que reduce considerablemente el nivel de contaminación en el agua de la red pública.
Frente a esta realidad, los purificadores de agua ofrecen una alternativa más efectiva al emplear tecnologías avanzadas diseñadas para eliminar microorganismos y contaminantes invisibles a simple vista. Mientras los filtros solo eliminan partículas más grandes, los purificadores utilizan procesos como ósmosis inversa, rayos ultravioleta o carbón activado, que eliminan virus, bacterias, metales pesados y microplásticos. Esto permite que el agua cumpla con los estándares de calidad para el consumo humano y reduzca riesgos para la salud.
Un ejemplo de cómo la tecnología de purificación ha cambiado el acceso al agua potable en los hogares del país es bebbia, un servicio de purificación de Rotoplas, empresa líder en soluciones de agua con más de 40 años de experiencia.
De acuerdo con la empresa, su modelo de suscripción comienza en 329 pesos mensuales e incluye un sistema que elimina hasta el 99.9% de virus, bacterias, metales pesados y microplásticos, lo que permite acceder a agua segura y de calidad directamente desde la llave.
“En México, los filtros de agua no son suficientes porque sólo eliminan sedimentos y partículas visibles, dejando expuestos a los usuarios a bacterias, virus y otros contaminantes que representan riesgos graves para la salud. Por eso hemos apostado por tecnologías avanzadas que garantizan una purificación integral”, destacó Guillermo Aguado, director de bebbia.
Además, Rotoplas señala que los purificadores como bebbia reducen el esfuerzo físico y los costos asociados al consumo de garrafones. La empresa explica que basta con abrir la llave para obtener agua segura, algo especialmente útil para familias con niños o adultos mayores, quienes ya no deben cargar garrafones pesados. Además, el mantenimiento incluido garantiza que los filtros permanezcan en óptimas condiciones para purificar el agua.
La tecnología inteligente de bebbia no solo purifica el agua, sino que también monitorea su calidad y consumo en tiempo real. Según Rotoplas, esta función permite a las familias controlar su consumo y asegurar que el sistema opera de manera eficiente en todo momento, especialmente en regiones donde la calidad del agua puede variar significativamente.