El incremento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) en bebidas saborizadas, que pasará de 1.64 a 3.08 pesos por litro en 2026, representa un alza de 87% y anticipa un golpe directo a consumidores, pequeños comercios y empleos de la industria.
La Asociación Mexicana de Bebidas (MexBeb) calcula que el encarecimiento se reflejará en precios entre 10 y 15%. Según sus estimaciones, hasta 150 mil empleos directos e indirectos de la cadena productiva quedarían en riesgo, mientras que alrededor de 400 mil tienditas resentirán el impacto en sus ventas, ya que en algunos casos los refrescos representan hasta 30% de sus ingresos.
El gravamen también alcanzará a productos con edulcorantes bajos o sin calorías. Diversos organismos internacionales y nacionales, entre ellos la OMS, la FAO, la FDA en Estados Unidos, la EFSA en Europa y la Cofepris en México, han confirmado la seguridad de estos aditivos en niveles habituales de consumo. Investigaciones citadas por el sector sostienen que sustituir azúcar por edulcorantes permite reducir en promedio 39 gramos de azúcar y 134 kilocalorías diarias, sin modificar glucosa, insulina ni presión arterial en personas con diabetes.
Estudios adicionales descartan afectaciones en la microbiota intestinal cuando se consumen en dosis normales, y aclaran que los resultados alarmistas provienen de pruebas en animales con cantidades muy superiores a la dieta humana. Tampoco se ha demostrado un vínculo causal entre bebidas sin azúcar y eventos como infartos o hemorragias cerebrales, ya que los análisis que sugieren esa posibilidad son observacionales y muestran correlaciones, no causalidad.
El nuevo impuesto también podría frenar la innovación y reducir la oferta de productos alternativos. Actualmente, más de 55% del portafolio de bebidas corresponde a categorías bajas o libres de calorías. De acuerdo con MexBeb, las empresas han logrado recortar en promedio 30% de las calorías de sus productos.
En 2024, académicos de la UNAM publicaron el libro “Tributación de Bebidas Azucaradas ¿Se cumple la extrafiscalidad de IEPS en México?”. En esa obra, especialistas concluyeron que, pese al incremento constante del gravamen desde 2014, no se ha observado una reducción en el consumo ni en la incidencia de enfermedades como la diabetes.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señaló que los consumidores tienden a sustituir refrescos por otros productos cuando suben de precio, lo que limita los beneficios esperados. Por su parte, la OCDE estima que México ha destinado cerca de mil millones de dólares en cinco años para atender enfermedades relacionadas con el consumo de azúcar. El gasto en salud previsto para 2026 rebasa los 965 mil millones de pesos.
El secretario de Salud, David Kershenobich, reconoció que el consumo excesivo de refrescos está relacionado con la diabetes mellitus y enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, especialistas advierten que el aumento del impuesto no sustituye una estrategia integral que contemple educación nutricional, acceso garantizado a agua potable y una mayor inversión en programas de prevención y atención de enfermedades crónicas.