Después de ver el discurso del nuevo dirigente del PRI, Enrique Ochoa Reza, Héctor Aguilar Camín (Milenio) se pregunta, «en un rapto de política ficción», si no será éste un destape a la antigüita del candidato presidencial. Ochoa, en sus palabras, parece convencido e impertérrito ante su decisión por enfrentar la corrupción entre gobernantes del PRI, mismos que fueron una razón por la cual el partido perdió tantos estados el pasado 5 de junio. Además, con un apoyo pleno hacia la gestión reformista del presidente Enrique Peña, plantea una vinculación directa del gobierno federal priista con el partido. Asimismo se asume vocero activo del proyecto de renovación, y planea comenzar una gira de 100 días alrededor de la República para aprender e integrarse al partido. Lo mismo, según el historiador, que con López Portillo. Quizá sí sea Enrique Ochoa el elegido delfín.
«Una cosa es aliarse con el Partido Acción Nacional (PAN) para elecciones estatales y otra diferente es para la elección presidencial de 2018», aclara Cecilia Soto (Excélsior) al principio de su columna. A su vez, felicita al PRD por haber elegido a dos mujeres talentosas y experimentadas para dirigir el partido: Alejandra Barrales y Beatriz Mojica. Con un diagnosis bastante completo, repasa los diferentes puntos a considerar si es que se quiere buscar una alianza PAN-PRD en 2018. ¿Su conclusión? Diferencias en cuestiones económicas y silencios panistas sobre el nuevo Ingreso Básico Ciudadano, propuesto por el PRD, vuelven complicado el vaticinio.
Jesús Silva Herzog-Márquez (Reforma) recuenta la historia de la reforma educativa, sus problemas originales, su búsqueda, su propósito y, sobre todo, su ingenuidad. «Han chocado en la reforma las dos cuerdas de la política mexicana», comienza. ¿Cuáles? La política de las instituciones y la política de la calle, la protesta, la social. «Haber creído que la batalla por la reforma educativa era simplemente una batalla por cambiar el texto de las leyes fue una ingenuidad gigantesca. La política democrática se juega en el campo de las instituciones pero no solamente ahí.
Por último, sobre las elecciones de EEUU, el periodista mexicano con residencia en los Los Ángeles, León Krauze (El Universal), silencia las inviables certezas que la siguiente convención republicana, la cual se llevará a cabo en Cleveland, podría suscitar antes de tiempo. «Todo, absolutamente todo puede pasar». Aunque el empresario y candidato presidencial republicano no tenga el apoyo de su partido (de los 16 candidatos que compitieron con Trump sólo Ben Carson y Ted Cruz —a regañadientes— han decidido participar en la convención de Cleveland), es innegable el inusual instinto televiso que tiene. «Su olfato para la frivolidad que consume el gran público es extraordinario y, en buena medida, explica su ascenso». Por lo que concluye, «desechar el impacto que puede tener este circo organizado por Trump, por más repugnante y vacío que nos parezca, es un error».
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