Sergio Sarmiento (Reforma) continúa hablando sobre los grupos de presión. Devela, a su vez, un sistema: «¿Por qué existen y subsisten los grupos de presión en nuestro país? Porque son muy buen negocio. Antorcha Campesina, Asamblea de Barrios, los 400 Pueblos y los Panchos Villa, entre otros, realizan invasiones y movilizaciones que al final se premian con predios o recursos de los contribuyentes». Un grupo que recientemente utilizó esta estrategia fue el relacionado con la trifulca de San Juan Chamula, donde falleció el presidente municipal y otras cuatro personas. Hoy, la respuesta de Manuel Velasco, gobernador de Chiapas, ha sido establecer una comisión para una mesa de negociación, en vez de aplicar la ley. Consentirlos en vez de castigarlos. «Estamos creando un sistema perverso en el que unos extorsionadores se enriquecen cuando los funcionarios los compran subsidiando la agresión a los ciudadanos con dinero de ciudadanos».
«Chamula y Pungarabato, sucesos inconexos o quizá nos resistimos a leer lo evidente. La violencia, con distintas caretas, se está apoderando —¿se ha apoderado?— de México. En diez años han caído 45 munícipes, más legisladores, locales, un candidato a gobernador y un largo etcétera.» Así resume Federico Reyes Heroles (Excélsior) la situación mexicana en su primer párrafo. Continúa: «La persecución y asesinato de periodistas ha obligado a Freedom House a retirarle a nuestro país la calidad de libre». México, aunque rodeado de nuevas proezas —capturas de altos narcos, un novel y renovado sistema de justica, la creación de centros de inteligencia—, aún desconcierta en un aspecto sensible: aquí, por más que se busque, «no impera el Estado de derecho». Para recuperar credibilidad, al Presidente no le basta pedir perdón; debería, en cambio, dar seguimiento a los casos paradigmáticos de impunidad. Aunado a los casos de Veracruz, Quintana Roo y Chihuahua, también sería conveniente desarmar la connivencia entre las autoridades y el frente de la CNTE.
Carlos Puig (Milenio) escribe sobre el caso del Inegi y el Coneval. Para los desatendidos, el Inegi decidió cambiar la metodología de su estudio sobre la pobreza lo cual provocó dos cosas: disminuyó rápida y suspicazmente la pobreza, y volvió incomparable el nuevo estudio con toda la serie histórica. El Coneval depende de esta información para realizar sus informes, para distribuir los programas sociales. Ahora, «cualquier cifra sobre pobreza y carencias sociales será puesta en duda. Será sospechosa de manipulación para hacerle un favor al gobierno, en especial, al aspirante [José Antonio] Meade».
Roger Bartra (Reforma), haciendo uso de un ensayo que escribió antaño, titulado «Unidad, ¿para qué?», critica severamente el afán unitario que propone la izquierda mexicana. Explica, con argumento histórico, que esta afición viene desde una lógica marxista-leninista, donde se suponía que la sociedad estaba dividida en dos partes: los trabajadores y los explotadores. De ahí que se busque la unión de los «trabajadores», del «pueblo». No obstante, arguye el sociólogo, esto no será suficiente para coronarse en la contienda presidencial de 2018. A pesar de buscar una alianza entre las izquierdas —que ahora se presentan divididas— «la unidad en 2018 mantendría el desconcierto y bloquearía la posibilidad de que reformistas y populistas alcanzasen un perfil propio acorde con sus bases sociales».
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