Por: Ana Larrañaga
@anna_larr
Levantarse temprano, bañarse, vestirse, tomar el metro o manejar, llegar a tiempo a la escuela o el trabajo a costa de no desayunar. Seguir trabajando, tener hambre, tener un presupuesto limitado, esperar a que de la hora de comer y encontrarse en la calle buscando que comprar, y con esta misión en mente, un letrero que aparece: “McNífica a un pecio McNífico. ¡Sólo por tiempo limitado a 35 pesos!” (incluye papas y refresco de refill), ¿suena familiar?
Esta es la realidad que viven millones de mexicanos que estudian, trabajan o van de paso por esta ciudad. El entorno obesogénico que la domina se hace notar en la escases de espacios públicos seguros para caminar, las barreras de la movilidad activa frente a los vehículos motorizados, y desde luego, la extensa disponibilidad y bajo precio de los alimentos chatarra, que fácilmente mejoran la oferta de los establecimientos de ensaladas o comidas completas y mejor balanceadas con estrategias como los cupones de descuento, enormes refrescos de refill, y promociones de 2 x 1.
Se estima que la obesidad cuesta a México $67 mil millones de pesos, tomando en consideración los costos directos por la atención médica e indirectos por pérdida de productividad. 1 Por otro lado, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señala que el costo del tratamiento médico de personas mayores a 20 años, con diabetes tipo 2 ocasionada por obesidad, es de más de $62 mil millones de pesos. El mismo estudio señala que el costo asociado a las personas con una complicación (como puede ser retinopatía, nefropatía diabética, o amputaciones, entre otras) es de casi $26 mil millones de pesos en pérdidas anuales.2 Vale la pena mencionar que las complicaciones de la diabetes rara vez se presentan de manera aislada, pues el descontrol glucémico afecta a los diversos órganos a la vez, resultando en costos por complicaciones insostenibles tanto para el estado como para los pacientes y sus familias.
Es necesario implementar estrategias integrales que vayan desde la educación e información detallada para los consumidores basada en evidencia que no sea generada o financiada por las mismas marcas que comercializan dichos productos, hasta políticas que modifiquen el entorno, y así derribar las barreras que fomentan que 7 de cada 10 mexicanos adultos padezcan algún grado de sobrepeso u obesidad. Desde luego el factor económico es una de los obstáculos más difíciles de superar, pues buscar en las calles una comida saludable que se ajuste a un presupuesto limitado puede resultar difícil por decir lo menos.
Pero, ¿qué comer mientras el tan necesario cambio sucede?.
A continuación, una serie de recomendaciones para comer bien y ahorrar: (tanto al momento de comprar como a largo plazo, tras prevenir una serie de costosas enfermedades crónicas)
- Planificación de menús: Esta herramienta permite visualizar el balance de los alimentos que consumimos, variar la dieta agregando ingredientes que no han sido consumidos, y realizar las compras sin gastar de más, pues se seleccionan únicamente los alimentos necesarios para el menú planificado. Para esto es necesario cargar con recipientes de comida, puede resultar incómodo al principio, en especial para quienes no están acostumbrados, pero es en definitiva menos costoso que comprar diariamente opciones poco nutritivas.
- Colaciones saludables: Puñitos de almendras, cacahuates, arándanos y una enorme variedad de semillas pueden sustituir ese antojo de media mañana que normalmente es calmado con galletas, o dulces.
- Agua simple: Cargar con una botella que se puede reutilizar y exigir garrafones o bebederos en el sitio de estudio o trabajo es la mejor estrategia para hidratarse correctamente, sin calorías, sin azúcares añadidos y de manera gratuita.
- Platillos variados y completos: Asegurarnos de incluir en cada tiempo de comida verduras o frutas, cereales, y leguminosas o proteínas de origen animal asegura que nuestro cuerpo se nutra con todos los sustratos necesarios. Por ejemplo: Arroz salvaje (grupo de cereales), ensalada verde (grupo de verduras), y atún a la mexicana (grupo de proteínas de origen animal), constituyen una excelente opción para la hora de la comida.
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