El domingo 18 de agosto comenzó a escribirse una nueva historia para el PRI; el partido histórico de nuestro país, el de mayor estructura y el que hace poco más de un año sufrió su peor derrota electoral logrará regresar a gobernar.
Mucho se dice acerca del futuro y porvenir del PRI; lo único que hoy es realidad, es que hace unos días –el 11 de agosto– se vivió lo que muchos creían que jamás sucedería: el PRI abrió sus puertas a la democracia interna. Fue la base militante quienes elegimos en libertad a nuestra nueva dirigencia nacional, encabezada por el campechano Alejandro Moreno y la hidalguense Carolina Viggiano.
Casi dos millones de priistas emitimos nuestro voto para esta renovación; sin duda, es el principio de la transformación del PRI. Alejandro Moreno y Carolina Viggiano son la dirigencia partidista con mayor representación en nuestro país; les comparto porqué: Ellos obtuvieron más de 1.6 millones de votos; a la dirigencia del PAN, la eligieron con 168 mil votos; la de PMC, 600 votos; la del PRD, 350 votos, y a la de Morena, 1,500 votos.
El mensaje que escuchamos durante la toma de protesta dejó las cosas en claro, este es el inicio de una nueva era para el PRI. La fuerza de la militancia se impuso a la cúpula; el propio presidente dijo que será una dirigencia libre, sin ataduras a los grupos de poder.
La presencia en las primeras filas y el reconocimiento a nuestros hermanos de los pueblos originarios; el compromiso de recorrer los más de 2,400 municipios de nuestro país con la promesa de lograr la reforma más importante del PRI.
Ser un partido del siglo XXI para que pueda regresar a gobernar el PRI
El PRI será el partido que más impulse a las mujeres; asimismo, será un partido abierto, moderno, digital, con una ideología sustentada en la socialdemocracia. El PRI, un partido que promueva las libertades, los derechos civiles y el respeto a los derechos humanos; un partido progresista de centro izquierda, más de causas que de masas; que se asuma como el cauce de las causas sociales .
Un PRI que le apueste a la creatividad, a la energía y la innovación que los jóvenes le podemos inyectar a nuestro partido; queremos un partido que reconozca en la fortaleza de su estructura, su cimiento más fuerte. Un partido donde el trabajo de sus militantes sea lo que les abra las puertas.
Que la militancia sea, siempre, quien decida qué priistas la representará y con quienes se la quiere jugar en los procesos electorales.
Un PRI que no solape a nadie; que defienda el estado de derecho y donde no sean las vendettas políticas las que dicten el actuar de la justicia.
Un PRI que le abra las puertas a las alianzas partidistas y sociales para derrotar al partido satélite que está en el poder, el cual gira en torno a una sola persona que tiene hundido a nuestro país en una crisis social, económica e institucional.
El PRI debe ser el centro de la política nacional; ser oposición es coyuntural, regresar a gobernar es el destino.
El PRI está de regreso. Con ánimo renovado, estamos listos al llamado de Alejandro Moreno y Carolina Viggiano para construir el mejor PRI de la historia. Es así como el PRI podrá regresar a gobernar.