La lógica neoliberal cuatroteísta de tener finanzas públicas sanas descansa en mantener a amplios sectores populares con un déficit de atención en materia de salud, situación que se ha agravado a causa de la pandemia del coronavirus.
Que de enero a octubre se tuviera un subejercicio superior a los 364 mil millones de pesos, atribuible a la austeridad franciscana, como informó la Secretaría de Hacienda, es indicativo de un manejo poco solidario con los mexicanos. De qué sirven tales ahorros, si no se canalizan a preservar su salud y su vida.
Ese monto, 364 mil millones de pesos, es equivalente a más de dos veces el presupuesto autorizado en 2021 para el sector salud, previsto en 145.4 mil millones de pesos. Con ese dinero, se pudieron adquirir suficientes pruebas para diagnosticar a toda la población y saber con precisión cuántos estaban contagiados de Covid-19.
De igual manera, con esos recursos pudo haber adquirido con oportunidad muchos de los medicamentos que reclaman los enfermos de cáncer, diabetes, VIH, que hoy brillan por su ausencia aunque, claro, nos digan que a futuro no faltarán, pero que en el presente no existen.
Queda claro, entonces, que tenemos un gobierno que prefiere remediar a prevenir, ya que ante el repunte de contagios finalmente ha decidido, al menos en la Ciudad de México, hacer pruebas rápidas y, de esa manera, aminorar las posibilidades de mayores infecciones.
Si vemos el número de contagiados y de decesos por el coronavirus, al conocerse el monto del gasto no ejercido del sector público, puede concluirse que, en efecto, ha seguido una política de austericidio.
Durante 10 meses, la administración lopezobradoriana, ha preferido ir guardando bajo el colchón miles de millones de pesos que, de acuerdo a los datos de Hacienda representaron dos por ciento menos, en términos reales, al gasto ejercido en el mismo periodo de 2019.
El subejercicio del gasto también equivale a alrededor de 1.6 puntos porcentuales del PIB. Otras informaciones, puntualizan que el subejercicio mencionado es similar al gasto total anual en educación media superior y educación superior.
Más aún, los 364 mil millones de pesos, son casi una y media veces el monto de inversión pública y privada en infraestructura -228 mil millones de pesos-, anunciado el 30 de noviembre.
La insistencia de respetar el principio neoliberal de finanzas públicas sanas que tanto presume el presidente Andrés Manuel López Obrador, podría estar relacionado con el comportamiento de los ingresos públicos, en particular los de Petróleos Mexicanos.
La Secretaría de Hacienda hace notar que durante los primeros 10 meses del año, los ingresos petroleros se redujeron 42.9 por ciento en términos reales, derivado de la caída en la demanda de hidrocarburos como consecuencia del confinamiento global.
Sería imprudente y un grave error que los ahorros derivados del subejercicio del presupuesto se canalizarán a cubrir las pérdidas de Pemex, o pasaran a formar parte de “las aportaciones al movimiento”, de cara a las elecciones de 202, en vez de ocuparlos para apoyar la salud de los mexicanos.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Dado el aumento en el número de casos y de muertes en México, que es muy preocupante, Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló que nuestro país está en una mala situación frente al Covid-19, por lo que pidió a las autoridades ser serias frente a esta situación.