Quien piense que el apagón de ayer es sólo un fenómeno único y extraordinario, es que -como dice el mismo López Obrador- padece amnesia. Los poco más de dos años de gestión cuatroteísta son un constante desbalance -falta de equilibrio- en la administración pública federal, que cada que ocurre un desperfecto, siempre anuncia que no volverá a pasar, por ésta.
No hay día en que el gobierno lopezobradoriano no cometa una pifia, algunas garrafales, ya sea por errores, omisiones o visiones miopes que, en no pocas ocasiones se han traducido en pérdida de vidas humanas, cierre de negocios, desempleo, pobreza, inseguridad y un largo etcétera de calamidades.
A ciencia cierta poco se sabe del número preciso de reuniones del gabinete de seguridad, pero deben ser alrededor de 600, en los recientes 25 meses. Sin embargo, luego de tantos intercambios de información, análisis y definición de estrategias, los homicidios dolosos no han disminuido; por el contrario, se siguen incrementando, en particular el feminicidio.
Los aproximadamente 75 mil muertos en lo que va de la presente administración: los tres mil de diciembre de 2018; poco más de 34 mil en 2019 y poco más de 36 mil con que cerrará 2020, son evidencia irrefutable de que las mencionadas reuniones carecen de sentido, mientras no se haga valer una auténtica razón de Estado para combatir al crimen organizado.
Haber tenido que recurrir a solicitar refuerzos para atender el creciente número de contagios en la Ciudad de México, refleja a plenitud la falta de previsión y planeación de las autoridades sanitarias tanto federal como de la capital del país, cuyos pobladores han sido fieles seguidores del ejemplo presidencial de no usar cubrebocas, no guardar distancia y mucho menos hacer reuniones numerosas.
Los 125 mil fallecidos en nueve meses demuestran que la estrategia seguida para combatir al Covid-19 es todo, menos exitosa. Vacunar a tan solo 9 mil mexicanos, cuando se dispone de 45 mil dosis, habla de un gobierno impreparado, sin capacidad e infraestructura suficientes para llevar a cabo un proceso de vacunación amplio y expedito. Larga será la espera.
Vanagloriarse del “milagro” de las remesas, es signo de abdicación de la función tutelar de los derechos sociales que los gobernantes deben cumplir y no, como ocurre ahora, que sean los propios ciudadanos los que suplan a la autoridad que eso sí, pretende que todos cumplan religiosamente con el pago de sus impuestos.
Presumir ahorros multimillonarios es poco ético frente a un escenario de graves carencias para buena parte de la población, de medicamentos, empleo y de satisfactores básicos porque los recursos se utilizan para obras de infraestructura que, tal vez, en un futuro muy lejano puedan aportar recursos.
La presunción de finanzas sanas, cae por su propio peso, cuando datos oficiales revelan la existencia de un importante déficit presupuestario en el presente año. Y de la recuperación económica, mejor ni hablar, cuando todos los indicadores hablan de una caída sin precedente de las actividades productivas.
La falla en la interconexión en el sistema eléctrico para explicar el apagón, en realidad se presenta en todo el gobierno, donde el desbalance entre decir y hacer es abismal; promesas incumplidas o pospuestas son rasgo distintivo de la 4T.
La propia configuración de los gabinetes legal y ampliado, con escasa o nula experiencia en sus áreas de responsabilidad y con integrantes no siempre tan honrados como se presume, vuelven fallido al actual gobierno. Sin adecuada interconexión no hay transformación posible.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
El senador con licencia y aspirante a la Alcaldía de Saltillo, Armando Guadiana, consideró que el apagón de ayer pudo haberse evitado, y lo atribuyó a la inexperiencia de algunos que dirigen el sector.
Así en todo el gobierno federal.