Dicen que “nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde” y por ello en el marco del día mundial de la salud es que escribo esta columna, dado que hoy en día el mundo entero está buscando y procurando mantener su salud pese a la pandemia generada por el COVID-19.
De acuerdo con la OMS la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades, si nos sentimos bien podemos funcionar correctamente, estar sano es estar bien, feliz, capaz de vivir de forma autónoma y que nuestro cuerpo responda adecuadamente, ya que al estar vivos implica que el fin del camino es la muerte y estamos sujetos a un ciclo natural, en este nos vamos enfrentando con obstáculos que son las enfermedades y vamos aprendiendo de ellas, que las provoca y como atenderlas.
Nuestro cuerpo reacciona a través del sistema inmunitario, que es un conjunto de estructuras y procesos biológicos que permiten mantener un equilibrio interno frente a las agresiones externas, éstas pueden ser de naturaleza biológica como virus y bacterias o fisicoquímicas como los contaminantes, también puede ser nuestro propio cuerpo como el cáncer, las alergias o enfermedades auto inmunes, cuando nuestras defensas nos atacan a nosotros mismos.
El cuidado de la salud tiene que ver con muchos factores y depende de nuestra edad, por ejemplo a los bebés no les podemos dar un pedazo de carne, el alimento ideal para ellos es la leche materna, mientras que para un adolescente en pleno desarrollo la demanda de proteína es muy grande y un adulto deja de tolerar la lactosa y la leche le cae mal, así que la alimentación varía en función de la edad, también la capacidad y habilidad para desarrollar diferentes actividades físicas o deportes van cambiando con la edad y con las características individuales.
Gracias a los avances de la ciencia y la medicina hemos logrado ayudar al cuerpo a estar mejor y conseguir que viva muchos años más en mejores condiciones, aunque para hacerlo hay que alimentarse sanamente, mantener buenas condiciones de higiene, realizar actividad física, vivir feliz y libre de tóxicos.
La crisis de salud mundial provocada por el COVID-19 ha puesto de manifiesto la desigualdad que existe en el mundo con respecto al acceso a la salud, no sólo a medicamentos y servicios hospitalarios de primer nivel, si no a las características de vida, donde se involucra la alimentación, los hábitos de higiene, las condiciones de trabajo, el entorno y en general las condiciones de vida en las que se desarrolla una persona, dentro de los objetivos de desarrollo sustentable 2030, en especifico el tercero se refiere a la salud y bienestar, pero esta íntimamente relacionado con los primeros dos que son el fin de la pobreza y el hambre cero, debido a que garantizar una vida sana y promover el bienestar en todas las edades es esencial para el desarrollo sostenible.
La pandemia generada por el COVID ha propagado el sufrimiento humano y desestabilizado la economía mundial, por lo que se suma a la lista de enfermedades emergentes que debemos combatir, a través de financiamientos más eficientes de los sistemas sanitarios, mayor saneamiento e higiene, acceso a personal medico capacitado y de esta manera se pueden mejorar estas condiciones de salud a nivel mundial.
La salud mental es otro de los aspectos que hay que cuidar pues el estrés es una de las enfermedades que repercuten más sobre la salud, incrementando los efectos de otras enfermedades como la hipertensión o las enfermedades cardíacas aumentando el riesgo de infartos o de embolias, es por eso por lo que debemos cuidar nuestra alimentación, hacer actividad física, pero sobre todo ser felices.