En San Luis Potosí al menos uno de los candidatos a la gubernatura pensaba que el proceso electoral sería mero trámite, pero hoy se está llevando una desagradable sorpresa, ya que está demostrando que aún está muy “pollo”.
Y es que parece que después de Semana Santa los potosinos entraron en un proceso de reflexión, y la indecisión que muchos mostraban y que generaba un sube y baja en las preferencias electorales, se acabó.
Ahora los reflectores están puestos en la candidata de Morena, Mónica Rangel, quien va cuesta arriba y sin rival en las encuestas.
Lo que a todas luces parece generar desesperación e irritación en algunos, sobre todo en aquellos que ya se saboreaban las mieles del poder sin aceptar su inmadurez política, lo verde se nota.