Hace algunos ayeres el ahora candidato por la alianza Juntos Hacemos Historia, por el distrito V Federal con cabecera en Tula de Allende, Cuauhtémoc Ochoa Fernández, trotaba cerca de Los Pinos junto al presidente Enrique Peña Nieto, cuando era subsecretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, hoy se le olvidó su relación y se dice que ahora está del lado correcto alineado con Morena, Partido del Trabajo, Partido Verde y Nueva Alianza.
Así es la política. De conveniencias y de memoria escasa, pero en la población permanecen los recuerdos de un pasado que marcó la trayectoria de muchos quienes a los que antes aplaudían y respaldaban ahora pretenden sacudirse con una campaña electoral sin la identidad de lo que hoy apoyan porque no sienten lo que dicen y menos lo que hacen.
La política y los políticos son por naturaleza incorrectos, porque ahora se pintan de unos colores y mañana ya son de otros como si fuera tan fácil olvidar un pasado en el que su camino iba por un lado opuesto al que pretende Ochoa Fernández enterrar en estos momentos.
Nadie puede negar su pasado. Sus orígenes no están en la Cuarta Transformación. La gente del V distrito federal de Hidalgo lo sabe, el propio Cuauhtémoc debe ser honesto consigo mismo y mejor aceptar que lo que ahora lo mueve es un interés político y no real con esa alianza que suena contra la naturaleza propia de la izquierda que con algunos perfiles desdibujó su ideología.
No, Cuauhtémoc Ochoa Fernández, originario de Nopala de Villagrán, — hombre fuerte del Partido Verde en Hidalgo –, no representa los ideales de la Cuarta Transformación, pero a veces los acuerdos cupulares están por encima de la opinión de los militantes y de la población que simpatiza con un movimiento, que no se siente identificado con un candidato.