En una más de sus múltiples contradicciones, podría decirse que el presidente Andrés Manuel López Obrador promueve el aspiracionismo entre sus más cercanos colaboradores, que pasaron de ser integrantes de la ayudantía que le cuidan las espaldas, a velar por los intereses cuatroteístas.
En cambio, para los sabios que cambiaron de opinión y le negaron el voto a Morena y sus aliados, continuó con su retahíla de descalificaciones contra la clase media del país, a la que ubicó como producto del neoliberalismo o neoporfirismo.
Para justificar sus nombramientos, el titular del ejecutivo sostuvo que “no es pecado ni indebido que ayudantes pasen a puestos de alto nivel”. Aseguró que son jóvenes profesionales que se están formando, ya que van a las giras y recogen los sentimientos de la gente.
Lo vamos a seguir haciendo, vamos a seguir llevando a cabo el proceso de renovar el equipo con gente joven. Tenemos que renovar la administración pública, no podemos retroceder, seguiremos haciendo ese tipo de cambios, porque se tienen que formar nuevos cuadros, con jóvenes, para el relevo generacional.
A la fecha, una docena de los integrantes del equipo que asiste al presidente han sido designados por el mandatario en cargos de alto nivel como en Conapesca, SAT, Bienestar, Insabi, Pemex, entre otros, con lo que verán materializadas sus aspiraciones de capacitarse, prepararse mejor y obtener mayores ingresos.
Sin embargo, dolido -como está- por el fracaso morenista en la Ciudad de México y la, hasta el momento, imposibilidad de alcanzar la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y, así, lograr reformas constitucionales, volvió a sacar sus otros datos ideológicos, para mostrar otro rostro del aspiracionismo.
En su ya muy “choteada” rutina verbal, López Obrador refirió que el neoliberalismo tiene una concepción individualista y egoísta, orientada a progresar en lo material, sin importar el bienestar del alma.
“Los ciudadanos deben estar más conscientes y politizados para que resistan las campañas de manipulación”, postuló el tabasqueño, que es el principal adoctrinador y aspiracionista. ¿Acaso no es egoísta e individualista la pretensión de querer imponer una visión única a toda la población?
Por ello, no obstante que durante su gestión el número de pobres en México se incrementó en 10 millones, ahora sale con que se tiene que sacar de la pobreza a millones de mexicanos para constituir una nueva clase media, más humana y fraterna.
Así, resulta que estamos frente a dos visiones de aspiracionistas: una, la que promueve el presidente López Obrador, y otra que emana de la propia sociedad y, por tanto, es condenable, pues no es tutelada por el cuatroteísmo.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Con la finalidad de evitar que la actual administración prosiga con la promulgación de más ordenamientos con gorgojo, la Coparmex, anunció una cruzada para promover el respeto y cumplimiento de la Carta Magna, y convocó a la población a sumarse al observatorio nacional ciudadano como “Guardianes de la Constitución”. El presidente del sindicato patronal, José Medina Mora, indicó que “daremos seguimiento puntual a las violaciones a la Constitución que cometan los actores políticos”.
@Edumermo