Tanto España como Estados Unidos “dejaron en visto” las misivas enviadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, lo cual revela con claridad, además de los despropósitos de su contenido, que los moditos del mandatario mexicano -faltos de delicadeza- no resultaron del agrado de las máximas autoridades de ambos países.
Así como reclama para sí, la soberanía de las decisiones de su gobierno, algunas de las cuales, en materia económica, están provocando litigios en tribunales nacionales e internacionales, por cambios a la legislación, debería respetar las determinaciones de dos de los principales socios comerciales de México.
La carta más añeja, la remitió López Obrador hace dos años, solicitando al gobierno español ofrecer una disculpa pública por los excesos cometidos durante la conquista hace más de cinco siglos.
Ante el silencio español, el ejecutivo mexicano vuelve a presionar, a fin de tener algo que presumir durante los festejos de los 200 años de independencia. Sin embargo, el tono plañidero adoptado durante la mañanera de este miércoles desdora la investidura que tanto le interesa mantener inmaculada.
Se queja con amargura de la filtración, en su momento, del escrito y de las burlas que esta acción trajo consigo de parte de escritores y medios de comunicación ibéricos que, en su opinión, se comportaron con mucha arrogancia y falta de humildad.
Y para demostrarle a los españoles de qué lado masca la iguana, el tabasqueño advirtió a las empresas españolas que pueden venir e invertir en México, aunque hay una nueva realidad y ya no se permite robar.
“Se pueden seguir haciendo negocios en México. México sigue estando abierto a la inversión extranjera y a la inversión de España, negocios lícitos que no se hagan al amparo del poder público, que no se hagan mediante el influyentismo, que no tengan que ver con la corrupción.
“México era tierra de conquista. Eso ya no se va a permitir”.
El tono ofensivo utilizado por Andrés Manuel puede resultar del agrado de sus huestes, pero como ha señalado Bank of America, la desconfianza en la presente administración va en aumento.
Uno de los principales riesgos en México son las decisiones del gobierno, aseveraron cerca del 38 por ciento de los inversionistas consultados por Bank of America. Esto representa un aumento de 8 puntos porcentuales respecto al sondeo previo, cuando sólo tres de cada 10 inversionistas veían a las decisiones de la actual administración como un riesgo latente.
En cuanto a la “nota diplomática” enviada al gobierno estadounidense, para solicitarle ya no entregue recursos a organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación que llevan a cabo tareas en favor de la transparencia y la democracia, dos de los aspectos en los cuales su administración tiene poco que resaltar.
El gobierno del presidente Joe Biden tampoco ha dado respuesta directa a la insistencia lopezobradoriana. En cambio, dio a conocer el aumento de presupuesto para financiar a este tipo de organizaciones no sólo en México, sino en otros muchos países, principalmente de América Latina.
El intercambio epistolar del presidente López Obrador con otros mandatarios y jefes de Estado no es una de sus fortalezas; por eso, no debe extrañar que sus mensajes “queden en visto”, por parte de sus destinatarios.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Al igual que hace un año, cuando anunciaba que la pandemia estaba domada, hoy el presidente López Obrador califica de ligero rebrote el incremento casi exponencial de contagios en México; tercera ola que puede ahogar las proyecciones optimistas del cuatroteísmo.
@Edumermo