Lo dicho antes que todos por En Corto: para 2024, el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene en su corazón a Claudia Sheinbaum Pardo, y en el hemisferio frontal de su cerebro, al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón.
Con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, el presidente apostaría a mantener la continuidad de su proyecto y en la concepción del presidente es muy honesta, trabajadora y leal, hay plena coincidencia ideológica y le garantizaría evitar algún sobresalto transexenal, por alguna decisión tomada durante el ejercicio de su gobierno.
Sólo algo extraordinario, y aquí lo hemos escrito, haría que el presidente López Obrador se decantara por el canciller, Marcelo Ebrard, quien como presidente de México borraría de un plumazo toda huella del pasado, lo que significaría truncar su anhelada Cuarta Transformación.
Lo anterior lo leyeron a la perfección el propio Marcelo Ebrard, el líder del Senado, Ricardo Monreal Ávila y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
El primero está forzando a que el mandatario perfile apenas a la mitad de su gestión, al candidato o candidata a sucederlo; el segundo, quien no se ve en la boleta electoral por el partido oficial, luego de sendos olvidos nada gratuitos del presidente López Obrador, ya amenazó con buscar la nominación por otro instituto político.
Y Sánchez Cordero, simplemente se hace a un lado en ese choque de trenes que se avecina, e igual que su jefe supremo, anuncia que terminando el sexenio, buscará la jubilación.
Pero también la oposición tomó nota de esta sucesión adelantada, por vez primera en la historia postrevolucionaria del país con dos años de anticipación, y tendrá que pensar dos veces si sigue quemando en leña verde al canciller por la tragedia que sucedió en la línea 12 del Metro o frena esos ataques ante la eventualidad de que éste busque la nominación por fuera de Morena, y entonces pudiera ser su abanderado, en una alianza como la que le funcionó en la ciudad de México, en las pasadas elecciones.
En el escenario de que tanto Ebrard Casaubón, como Monreal Ávila busquen ser ungidos fuera de Morena, la oposición tendrá que optar por uno de ellos, el mejor posicionado, y éste es el actual secretario de Relaciones Exteriores, por lo que el acuerdo entre ambos podría ser que juegue por la grande Marcelo, y para la próxima el exgobernador y actual senador zacatecano.
De no hacer algo como lo reflexionado por En Corto, Ebrard Casaubón podría jugarla por el PRI o por el PAN, o por ambos, y Monreal por alguno o algunos más pequeños, lo que terminaría diluyendo el voto, en beneficio de la candidatura de Morena.
El análisis anterior augura un disputado juego de ajedrez, en el que el horizonte se vislumbra la reedición del affaire Carlos Salinas/Manuel Camacho Solís -por cierto, mentor de Marcelo Ebrard-, en el que el primero optó por Luis Donaldo Colosio y esto despertó la furia del exregente del entonces Distrito Federal, quien sentía todos los derechos para sí, y destilaba desprecio hacia sus oponentes.
El desenlace ya se conoce, estimado lector; Salinas lo pudo detener con un par de ofrecimientos, que nada le valieron para ser ungido, con lo que se quedó como el eterno suspirante.
En el actual panorama, parece que Marcelo Ebrard Casaubón no desea repetir ese esquema, y más bien se perfila para buscar estar en la boleta por Morena o por otro u otros partidos. La pregunta es ¿Qué partido o partidos se aventurarán a candidatear a alguien externo y sacrificar a sus propios activos?
En Cortito: Nos confían que, en Campeche, en los próximos días, el Tribunal Electoral del Estado entregará la constancia de mayoría que acredita a Layda Sansores como gobernadora constitucional para el periodo 2021-2027. Nos cuentan que no perdamos de vista al senador Aníbal Ostoa Ortega, quien fue el coordinador de Campaña de la entonces candidata a la gubernatura de Morena y forma parte de su círculo más cercano, ya que se perfila en convertirse en el próximo secretario de Gobierno de la entidad con la idea de impulsar programas sociales en los sectores del campo y pesca.
También nos informan que otro de los temas prioritarios de la mandataria estatal será la seguridad pública, para lo cual ya tiene en la lista a Renato Sales Heredia, como coordinador de su gabinete de seguridad. Nos comentan que además de respetar al ex comisionado Nacional, quien tiene amplias cartas credenciales en el tema, la gobernadora Layda Sansores le tiene mucha confianza a Sales Heredia para que se convierta en el hombre fuerte en estos asuntos.
En Michoacán, las cosas no pintan nada bien para el todavía gobernador Silvano Aureoles, ya siente la lumbre sobre los aparejos y, en su afán por salvar lo que parece inminente, un proceso judicial, que lo puede llevar a la cárcel, intenta golpes mediáticos espectaculares, sin saber que eso lo está hundiendo más en esas arenas movedizas que él mismo colocó.
En Chihuahua, también las cosas se le complican al gobernador, Javier Corral. Le cuento que la mandataria electa, María Eugenia Campos declaró hace dos semanas que una vez que asume la gubernatura no seguiría el camino de la persecución, esto en clara alusión a Corral, sin embargo, al margen de las fricciones en el proceso de entrega-recepción, han empezado las filtraciones a medios locales, en las cuales se señala que el actual gobierno dejó sin recursos para operar y poder atender a personas que tienen alguna discapacidad en el CRIT de Chihuahua.
La afectación económica a este organismo provocó, según las revelaciones, que durante el gobierno de Javier Corral 2 mil pacientes y sus familias perdieran la oportunidad de recibir una terapia.