Para no quitarle tranquilidad al primer mandatario y en una de esas, en un arranque de los que acostumbra se marche de la Presidencia, fueron expulsados del Edén de los otros datos del tercer informe de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, los 600 muertos diarios por coronavirus y violencia, así como los miles de mexicanos que cada 24 horas se incorporaron a las filas de la pobreza.
Ellos representan el saldo de ver sentadas las bases de la llamada cuarta transformación y son parte importante de la misión cumplida que el titular del ejecutivo presume a los cuatro vientos.
O tal vez se trate de los sacrificios que el pueblo bueno y sabio ha tenido que pagar para que la presente administración se vanaglorie de los 1.4 billones de pesos ahorrados, producto -dice- del combate a la corrupción, la austeridad presupuestal y el ejercicio eficiente de los recursos públicos.
Ahorros equivalentes a una cuarta parte del presupuesto de 2021, cuyo destino final se desconoce por la poca transparencia con la que maneja los recursos la presente administración. De ese total, 50 mil millones de pesos fueron a engrosar las arcas de la Guardia Nacional; monto que hace más evidente su ineficacia para brindar seguridad a la población.
Solo faltó que a los deudos y las víctimas de su administración también les dijera “tengan para que aprendan”. Sin embargo, para “Los Condenados de la 4T” la lección qué les ha dejado este gobierno es dolorosísima y amarga por lo que es poco probable que puedan acompañar a López Obrador en sus festejos por su tercer informe.
Pero desde “El Palacio de la Pureza”, lo único que se ve es el tono rosa de sus cuentas alegres; desde el cristal del oficialismo, se han roto varios récords en materia económica, aunque la realidad demuestre el empobrecimiento de amplios sectores.
“Es tan importante lo logrado, que podría dejar ahora mismo la Presidencia sin sentirme mal con mi consciencia, que es lo más importante en mi vida”, señaló López Obrador en su informe, al asegurar que únicamente le faltan dos compromisos por cumplir de los 100 que prometió: la descentralización del gobierno y esclarecer el caso de los 41 de Ayotzinapa -ya se identificó a dos de ellos.
Tal vez convendría que el presidente López Obrador cambiara los compromisos que le faltan para atender mejor sus obligaciones, a fin de aminorar la tragedia de los contagios y decesos por Covid-19 y cambiar su estrategia de abrazos no balazos para reducir el tamaño del cementerio que está dejando la violencia.
Con base en lo expuesto por el primer mandatario en este informe, el 70 por ciento de los hogares mexicanos reciben algún de los programas sociales de su gobierno, o al menos se benefician del presupuesto. Si se calcula que, en promedio, cada hogar, lo integran cuatro personas, resulta inexplicable que más de la mitad de la población se encuentre en situación de pobreza.
Esa es una de las tantas mentiras a las que es muy proclive el presidente. Luis Estrada, director general de la Consultora SPIN, dio a conocer mediante su cuenta de Twitter que este tercer informe de gobierno contiene 88 afirmaciones falsas, engañosas o no comprobables.
Por eso, “Los Condenados de la 4T” deben haber escuchado con preocupación las últimas palabras presidenciales de este informe: “Si tengo suerte y termino, creo que vamos a consumar la obra de transformación y no dejaremos ningún pendiente… misión cumplida”.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Que las iniciativas de ley importantes que ha enviado el Ejecutivo al Congreso de la Unión, aprobadas bajo el mecanismo de mayoriteo y sin cambiarle una coma, están judicializadas en muchos casos por su contenido abiertamente anticonstitucional, no habla bien del trabajo que realiza la Consejería Jurídica de la Presidencia.
@Edumermo