Matar cualquier intento de superación de los mexicanos, en especial de las nuevas generaciones, es la meta “aspiracionista” del presidente Andrés Manuel López Obrador. Quiere condenarnos al edén de la pobreza, como la mejor fórmula para erradicar las desigualdades.
Ambicionar mejores condiciones de vida, desde la perspectiva presidencial, es dejar entrar al mal gusto y caer en las tentaciones que nos pone el diablo –que es la papá y la mamá-, por lo cual quienes sucumban a ese tipo de deseos pasarán la eternidad en el infierno.
Pero es tal la confusión en el jefe del ejecutivo, que también sostiene que llega a ser tanta la ambición que “el dinero se convierte en un dios” y se vuelve un asunto enfermizo.
En tanto se resuelve la verdadera cualidad del dinero, divino o satánico, López Obrador emite uno más de sus apotegmas, a los cuales es tan proclive, en su afán de aproximarse a Benito Juárez y que reza de la siguiente manera: “es mejor la pobreza que la deshonra”.
También postula: “No hay que ambicionar así lo material, el dinero, eso no es la vida, eso no es la felicidad”.
Y aconsejó a la juventud mexicana alejarse “lo más que se pueda del dinero, de lo material, porque eso es una tentación y no necesariamente significa felicidad; a veces es la perdición lo material, la felicidad, no hay que olvidarlo, es estar bien con uno mismo, con nuestra conciencia y con el prójimo, esa es la verdadera felicidad, no lo material, el lujo barato ¡las marcas!
El lujo, la ostentación es de mal gusto, es ofensivo y si nos podemos alejar de eso, mejor”, recomienda López Obrador desde la untuosidad de Palacio Nacional, que nada tiene que ver con lujos pues es un claro ejemplo no sólo de la justa medianía, sino de la pobreza franciscana en la que le gusta vivir.
Esta nueva retahíla moralista dirigida a la población, en particular a los jóvenes de clase media, se le ha vuelto al presidente López Obrador un asunto enfermizo, tanto o más que su animadversión hacia los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón Hinojosa.
Todo esta catequesis para presentarte nuevamente como víctima de los capitales buitre, especulativos, que quieren cobrar mayores intereses por la deuda de Petróleos Mexicanos al enterarse que su gobierno compró 7,000 mil millones de dólares al Banco de México, para destinarlo a disminuir los adeudos de Pemex.
López Obrador condena este comportamiento ambicioso de los inversionistas extranjeros, tal vez porque nunca han hecho ni harán “aportaciones” para la formación de su partido o para materializar la cuarta transformación.
En cambio omite cualquier opinión en contra de los empresarios que forman parte de su consejo asesor, cuyas fortunas no son producto de una actitud caritativa, y mucho menos de los funcionarios y legisladores que, por su ambición, aparecieron en los “Pandora Papers”, lo cuales tiene derecho de picaporte en Palacio Nacional.
¿A ellos les recomendará también que es mejor la pobreza que la deshonra?
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) bloqueó las cuentas bancarias de cuatro integrantes del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), conjuntamente con autoridades de Estados Unidos; golpe simultáneo que se logra previo al primer encuentro del Diálogo de Alto Nivel de Seguridad (DANS) entre las autoridades de ambos países. Con ello se busca evitar fuertes llamadas de atención.
@Edumermo