La semana que acaba de concluir fue la de “los bien librados”, sobre todo para el destapador y las corcholatas que, según las huestes de cada uno, acumularon puntos y la gente los reconoce más y mejor.
Los tabasqueños, el jefe del ejecutivo y el secretario de Gobernación, se distinguieron. El primero, por su visita a Washington, dónde se entrevistó con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, en una reunión que los vendedores de espejitos calificaron como la reunión de “los tres amigous”.
Tres amigos que expusieron lo que a cada uno le interesaba, sin que las contrapartes se opusieran o respaldaran; monólogos de utilería para ganar puntos en sus respectivos países.
En México, algunos críticos de Andrés Manuel ya le vieron tamaños de estadista; en cambio, otros hicieron escarnio por imágenes de López Obrador en donde se ve como “el caballero de la triste figura”, que contrastaba con sus pronunciamientos previos de exhibir a los legisladores que se opusieran al plan migratorio de Biden.
Al menos públicamente no se dieron a conocer puntos de desacuerdo entre la tríada de jefes de Estado. El tiempo dirá si el mandatario mexicano salió bien librado de este lance.
Por su parte, su paisano y secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, recibió “la buena nueva”, de parte del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, de que cumple con todos los requisitos para ser incluido entre las corcholatas que pueden aspirar a la candidatura presidencial.
Días antes, el propio Delgado Carrillo había inscrito también al senador Ricardo Monreal Ávila en este selecto grupo aspiracionista.
Para quienes hacen de las cábalas su método de análisis político y buscan señales en cada gesto o declaración, cabe observar que estas últimas dos nominaciones las formuló el líder del partido guinda y no el único y verdadero destapador oficial, el presidente López Obrador.
Los otros dos fuertes aspirantes también andan de plácemes. El titular de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, comparte con el mandatario mexicanos los aplausos y las estrellitas en la frente porque en la narrativa de la Cumbre se privilegió lo terso de la reunión de Andrés, Joe y Justine.
Una semana antes, “la presentación en sociedad”, en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas del ejecutivo mexicano también le representó al canciller Ebrard buenos puntos, esperando ascender más con la futura presentación en la Asamblea General de la ONU del Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar propuesto por López Obrador.
Claudia Sheinbaum, la jefa de gobierno de la Ciudad de Mexico, anda que no cabe de gusto por ocupar la portada de la publicación semanal española El País, dónde mostró un estilo muy “Shein”, mirando hacia lontananza “el futuro de México”.
Obtener este privilegio de un medio al que el mandatario mexicano en no pocas ocasiones ha calificado de “pasquín”, no le resta méritos. Su labor al frente de la capital del país, sin embargo, no se ve tan luminosa como su imagen en dicha revista.
Como puede observarse “los bien librados” avanzan en sus responsabilidades sin distraerse en campañas adelantadas ni nada de eso. Quien piense lo contrario, es un sospechosista irredento.
Perdón, se me quedaba en el tintero el senador Ricardo Monreal, que sigue haciendo “rounds de sombra” y que con los consejos de Saúl Álvarez espera dar el campanazo.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Sé confirmaría la hipótesis: sin milicia no hay 4T. Así lo dejó ver el titular de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval en su discurso del aniversario de la Revolución Mexicana al hacer un pronunciamiento político, justo después de conocerse actos de corrupción enla construcción del aeropuerto Felipe Ángeles.
@Edumermo