El abandono de los ejidos aumento considerablemente en los últimos años, lo que tiene como consecuencia que se entreguen constantemente tierras a los empresarios, señaló el integrante de la organización de campesinos “Sí a la Vida”, Luis García Valero; esto se debe al apoyo incondicional del gobierno de Miguel Ángel Riquelme a la industrialización en Coahuila.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) del año pasado revelaron que el estado de Coahuila es el séptimo lugar a nivel nacional con mayor disminución de Actividades Primarias como agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza con -1.3 por ciento.
La cifra anterior se encuentra por debajo del nivel nacional que presenta una aumento general de 2.5 por ciento; en contraste, la entidad ocupa el quinto lugar a nivel nacional con mayor crecimiento de Actividades Secundarias como la manufactura.
En cualquier oportunidad, el gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme, destaca la cantidad de producción de autos de combustión interna que mantienen Coahuila como uno de los que encabezan esta industria, la misma entidad donde a finales de 2023 se empezarán a armar autos eléctricos, lo que duplicará la producción de las armadoras.
Entrevistado por el portal Reporte Índigo, García Valero resaltó que el campo se considera que “el campo es arcaico y que hay que modernizarlo y entregárselo a los empresarios para que tengan esas formas de neolatifundismo, que ya no tiene que ver con grandes extensiones de tierra, tiene que ver más bien con la concentración de tecnología, agua y de insumos agroquímicos y demás en fracciones relativamente pequeñas de tierra, es lo que se llama agricultura extractivista”.
El integrante de la organización de campesinos “Sí a la Vida” subraya que este tipo de industria desplazó al sector ejidal y se convirtió en el lado B de estas dinámicas económicas, atrayendo a empresas que promueven la agricultura extractivista, método que explota la tierra con finalidades de satisfacer las demandas del mercado y no la de los pobladores del semidesierto.
A pesar de ello, el activista sostiene que de seguir esta dinámica, el medio ambiente y la vida en la región se verá deteriorada en el mediano y largo plazo, ya que no hay energía suficiente, porque las “empresas que generan alimentos para la exportación dependen de la gran industria química, del petróleo, de los tractores y no tiene futuro, no hay energía suficiente para sostener ese tipo de agricultura extractivista, acaban con la tierra y la dejan convertida en un desierto”.
Con Riquelme, en Coahuila se presupuestaron 94 millones 654 mil 403.9 para la Promotora del Desarrollo Rural, encargada de apoyar a los campesinos en diferentes ámbitos, lo que equivale al 0.021 por ciento del recurso destinado a solventar los intereses de la Deuda Pública de la entidad nada más en el 2023, cifra que alcanzó los 4 mil 411 millones 602 mil 426 pesos.
“Los famosos programas de ayuda como Procampo son paliativos que tratan de reducir el impacto. Es como querer curar un cáncer con aspirinas. La enfermedad es otra·, sostuvo a Reporte Índigo, García Valero.
De acuerdo a lo revelado por el medio, estudios y especialistas coinciden en que el abandono del campo, la falta de políticas públicas y las jornadas largas influyeron en que los trabajadores agrícolas optaran cada vez más por los estimulantes ilegales.
Como muestra de lo anterior, el estudio publicado por Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones llamado “Contexto de la demanda de sustancias ilícitas en 2022-2023 y acciones de Gobierno de México en materia de salud mental y adicciones”, Coahuila se encuentra entre las 11 entidades de México que más demandan tratamientos por consumir anfetaminas, metanfetaminas y el éxtasis.