Ante el aumento de quejas y demandas por mayor seguridad en las áreas residenciales de Cuajimalpa, el gobierno de Carlos Orvañanos ha anunciado una estrecha colaboración con las autoridades de los municipios del Estado de México cercanos a la demarcación.
El objetivo es evitar el tránsito de pandillas que se instalan temporalmente para cometer delitos y luego se retiran.
“Esto es una preocupación evidente para la autoridad de la Ciudad y se suma al conocimiento de la policía auxiliar que opera en la Alcaldía bajo las siglas de Morena. La información proviene de los propios vecinos, quienes son víctimas de diversos delitos que muchas veces no son denunciados”, destacó Orvañanos.
El candidato del PAN, PRI y PRD precisó que estos delincuentes foráneos, como los describen los residentes de Santa Fe y otras zonas con alta concentración de oficinas y familias de alto poder adquisitivo, operan con un modus operandi específico.
Orvañanos adelantó que, en colaboración con la administración de Santiago Taboada, se trabajará para convertir a Cuajimalpa en una de las alcaldías más seguras del país, tomando como referencia modelos exitosos implementados en Benito Juárez, Mérida y Aguascalientes.
“Reiteramos que no habrá tolerancia con los delincuentes. Confiamos en un sistema judicial autónomo y objetivo que no permitirá la impunidad en casos de robos, extorsiones o feminicidios en Cuajimalpa”, afirmó.
El nuevo gobierno de Cuajimalpa tiene planeado equipar todas las calles con cámaras de videovigilancia, desplegar policías en todos los puntos críticos y mejorar el salario de los agentes adscritos a la Alcaldía.
“Se acabó el austericidio y se acabó el tiempo de Morena, que no ha garantizado la seguridad en la Ciudad. Vamos por más infraestructura y recuperaremos todos los módulos de vigilancia abandonados o convertidos en refugio para los criminales”, enfatizó Orvañanos.
Con un gobierno de oposición que no ceda al populismo y respete la voluntad del electorado, Cuajimalpa podría situarse entre las alcaldías mejor calificadas nacionalmente en términos de política de cero tolerancia a la delincuencia y la violencia.
“Esto nos permitirá atraer inversiones y convertir a la demarcación en un lugar atractivo para los empresarios”, concluyó Carlos Orvañanos.