El senador del PRI, Manuel Añorve Baños, vuelve a colocarse en el centro del debate político en Guerrero. Su nombre circula con fuerza entre las filas del partido rumbo a las elecciones de 2027, y aunque aún no formaliza su intención de competir por la gubernatura, sus recientes actividades han despertado sospechas de posibles actos anticipados de campaña.
Desde inicios de año, simpatizantes del Revolucionario Institucional promovieron su perfil como posible candidato. En enero, y posteriormente en marzo durante un discreto evento en Acapulco al que asistieron menos de 50 personas, se impulsó nuevamente su nombre, aunque sin gran eco entre la militancia.
En los últimos meses, Añorve Baños emprendió una serie de recorridos por distintos municipios del estado, lo que al interior del PRI ha generado inquietud por el tipo de promoción que pudiera rebasar los límites que establece la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales. Dirigentes del partido piden revisar con cautela las acciones que podrían interpretarse como proselitismo fuera de tiempo.
Paralelamente, surgieron versiones que lo vinculan con un presunto “pase de charola” a través de su hijo, Manuel Añorve Aguayo, quien trabaja con la senadora priista Karla Toledo y percibe un salario bruto mensual de 100 mil pesos. Según fuentes cercanas, este vínculo serviría para fortalecer la red de apoyo político del legislador en la entidad.
Añorve Baños busca afianzar su presencia territorial aprovechando su posición como coordinador del grupo parlamentario del PRI en el Senado, un cargo que le otorga visibilidad mediática y peso político en Guerrero.
El político guerrerense ha ocupado diversos puestos públicos, entre ellos la presidencia municipal de Acapulco en dos periodos y una diputación federal. También contendió en distintas ocasiones por la gubernatura, sin obtener la victoria.
Su trayectoria no ha estado exenta de controversias. Durante su administración en Acapulco (2009-2012), enfrentó señalamientos por presuntas irregularidades en el manejo de recursos públicos, además de observaciones administrativas emitidas por el propio ayuntamiento.
En 2011, un testigo identificado como “Mateo” declaró ante la entonces Procuraduría General de la República (PGR) que el exalcalde habría recibido 15 millones de dólares del narcotráfico para financiar su precampaña. Añorve negó de manera categórica esas acusaciones y cualquier vínculo con la delincuencia organizada.
Actualmente, desde el Senado mantiene una agenda activa en materia legislativa y partidista. En Guerrero, su nombre divide opiniones dentro del priismo, donde algunos ven en sus movimientos un intento por reposicionarse políticamente rumbo a 2027.