Por Rita Magaña Torres
El presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, Adán Augusto López Hernández, confirmó que entregó cerca de 100 ejemplares del libro “Grandeza” obra del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Además, el coordinador de Morena entregó a cada senador de la bancada un ejemplar, y aseguró que el costo corrió exclusivamente por cuenta propia.
Durante una breve entrevista, el coordinador morenista explicó que la decisión fue un gesto personal y comparó el obsequio con los regalos navideños tradicionales entre legisladores:
“Yo decidí compartirles a los compañeros unos libros de la reciente obra del licenciado Andrés Manuel López Obrador. Les obsequié un determinado número de libros a cada uno.
“Pues digo está la costumbre de regalar piernas o pavos; pues yo les regalo libros”, declaró.
Senadores consultados habían reportado previamente la llegada de hasta 13 cajas, con alrededor de 20 libros cada una.
Lo que elevaba la cifra a más de 260 ejemplares por legislador, aun costo de 488 pesos por unidad, para un total aproximado de 8,500,960 pesos.
Sin embargo, Adán Augusto matizó esa percepción:
“No he sacado bien la cuenta, pero como unos cien libros a cada uno. No tanto como decían”.
Cada ejemplar tiene un precio comercial de 488 pesos, lo que habría implicado un gasto cercano a 48,800 pesos por senador si fueran 100 libros, o hasta 126,880 si se tratara de las 13 cajas reportadas inicialmente.
El coordinador fue enfático al aclarar que el regalo no proviene ni del Senado ni del grupo parlamentario:
“No se están utilizando recursos del erario. No, no, de recursos propios”.
Agregó que algunos legisladores planean distribuir los ejemplares entre simpatizantes, representantes territoriales o en actividades legislativas:
“Cada quien sabrá qué hace con los libros; algunos van a ir al territorio a entregarlos, otros se los van a dar a sus representantes en las sesiones”.
Adán Augusto comentó que había avisado a su bancada que estaba buscando ejemplares para regalarles, pero muchos no le creyeron hasta que comenzaron a recibir las cajas:
“Los compañeros ni sabían. Yo les dije, pero no me lo creyeron… Hoy que empezaron a recibirlos, decían: ‘es que no sé ni cuántos son’”.













