Desde Chiapa de Corzo, Chiapas, la consejera de la Judicatura Federal y aspirante al Tribunal de Disciplina Judicial, Eva Verónica de Gyves Zárate, subrayó la necesidad de que quienes integren el nuevo Poder Judicial cuenten con una reputación intachable. En su mensaje, destacó que el Tribunal de Disciplina Judicial tendrá un papel central al supervisar el cumplimiento de funciones por parte de jueces y magistrados.
Durante la reunión con habitantes de Chiapa de Corzo, De Gyves explicó que el enfoque del Tribunal no será inquisitivo, sino de acompañamiento al trabajo de quienes imparten justicia.
“No se trata de hacer un Tribunal de inquisición, más bien se trata de cooperar con las personas juzgadoras y ver de qué maneras podemos apoyarlas en el desarrollo de sus labores para hacer un Poder Judicial eficiente y cercano a la gente”, afirmó.
Frente a la comunidad, también profundizó en el tipo de tareas que asumiría como magistrada del Tribunal. Reiteró que “la propuesta incluye trabajar en armonía con otros magistrados del Tribunal, no solo es sancionar, también se trata de la responsabilidad de evaluar el trabajo de las y los compañeros. Se trata de ir midiendo su desempeño y ver cómo apoyamos a las y los juzgadores y, en caso de incumplimiento, revisar el tema de las respectivas sanciones”.
Como parte de su recorrido por Chiapas, Verónica de Gyves también realizó visitas casa por casa en Tuxtla Gutiérrez, donde conversó con vecinos sobre la importancia de participar activamente en la elección del nuevo Poder Judicial. Recalcó que el proceso del 1 de junio representa una decisión clave sobre quiénes ejercerán funciones dentro del sistema de justicia.
Durante estas visitas, aprovechó para invitar a la población a informarse y tomar parte en la elección, ya que es muy importante que se informen y voten el primero de junio porque está en sus manos elegir a las y los integrantes del Poder Judicial, señaló al hablar con los habitantes.
Finalmente, expresó su convicción de que la cercanía con la ciudadanía es esencial para una justicia más humana. “A veces nos metemos mucho en los expedientes y se va diluyendo la conexión con las personas que necesitan el acceso a la justicia. Recorrer las calles y salir del escritorio, nos sensibiliza y nos recuerda por qué somos personas servidoras públicas”, comentó.