Por ULISES LARA LÓPEZ*
El municipio como institución política, ha sido el orden de gobierno que rige la vida local en nuestro país desde la Colonia. Es el primero que tiene contacto con el ciudadano, y el que brinda condiciones para el desenvolvimiento político, económico y social del mismo. Sin embargo, en su gestión política y administrativa reciente, el cariz del Municipio Libre no ha sido del todo una realidad.
Recordemos que el Municipio Libre nace en México con la Constitución de 1917, como respuesta a los reclamos de la Revolución. Esta concepción consiste en que no se subordina ante los otros órdenes de gobierno, sino que coexisten entre ellos mismos.
El municipio ha sufrido recomposiciones conforme a las circunstancias del momento, las cuales lo han llevado a hacerse de un carácter político y reforzar sus facultades administrativas. Por ello debemos seguir en el debate que nos lleve a su fortalecimiento.
En términos discrecionales, las autoridades municipales necesitan una buena relación con la legislatura local, o con el partido mayoritario para verse favorecidos en el presupuesto y otros casos. El tema es más complejo cuando debe haber una coordinación con el orden federal para la asignación de fondos. Lo cual indica que intervienen diversos factores que no siempre son los técnicos formales, sino también políticos.
Existen intentos de organización entre municipios. Entre ellos se encuentran la Asociación de Municipios de México A. C. (AMMAC), la Federación Nacional de Municipios de México (FENAMM) del PRI, la Asociación de Autoridades Locales de México (AALMAC) del PRD, y la Asociación Nacional de Alcaldes (ANAC ) del PAN. Sin embargo, son organizaciones aisladas, que se agrupan por filiaciones partidistas. La Conferencia Nacional de Municipios de México (CONAMM), dice agrupar al total de municipios del país. Pero en términos reales, su presencia en el debate nacional ha sido reducida. Todo apunta a un carácter más de corte dependiente que autónomo. Para muestra, su debate va encaminado a presionar para recibir más recursos, no a fortalecer su recaudación propia.
Muchas son las críticas hacia el gobierno de la 4T sobre sus acciones que, en ocasiones, parecen de corte centralista. Pero, las preguntas aquí serían: ¿Es decisión meramente federal?, ¿qué están haciendo los gobernadores y presidentes municipales para frenar estos intentos? y ¿cuál es la postura de los municipios?
Según Alicia Ziccardi, el federalismo debe entenderse a partir del pleno reconocimiento de la soberanía de las entidades subnacionales. En ese sentido, la relación debe ser de colaboración y coordinación entre los órdenes de gobierno, con una postura crítica y propositiva ante los retos que enfrenta el país.
Hay que reforzar las facultades de coordinación entre municipios, replantear las formas recaudatorias para fortalecer sus finanzas y optimizar los recursos.
Sin embargo, aunque depender de los órdenes estatal y federal, compromete la autonomía del municipio, parece ser un costo que las autoridades están dispuestas a asumir.
* Titular de la Unidad de Transición de Procuraduría a Fiscalía y Vocero de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX ulara38@hotmail.com