La elección del 2021 será, sin duda, uno de los procesos electorales más importantes de nuestra historia, pues definirá el rumbo que tomará el país los próximos años y, desde luego, como afectará el nivel de vida de millones de mexicanos.
La 4T y su líder Andrés Manuel López Obrador han resultado un verdadero fiasco como gobierno. Hoy, México camina aceleradamente hacia la pobreza como resultado de decisiones de gobierno erróneas, ocurrencias, torpezas y una evidente falta de preparación y de experiencia en los principales mandos del Gobierno Federal.
Como resultado de todo esto, hoy México vive una situación de emergencia. La crisis económica ha producido más de 2 millones y medio de mexicanos que han perdido su empleo, la caída drástica de los niveles de inversión, la pérdida de confianza en el país y la fuga de capitales. Ya antes de la pandemia, México se encontraba en niveles de crecimiento económico cero y entraba en fase de decrecimiento. Hoy se espera una caída del PIB superior a los 10 puntos, la más grave de la historia reciente de nuestra nación.
En materia de salud, la 4T es otro rotundo fracaso. México es ya prácticamente la tercera nación con más muertos en el planeta, a pesar de que la pandemia entró tarde. El gobierno mexicano ha sido incapaz e ineficaz, y carece de una estrategia, caminamos sin rumbo y nos acercamos aceleradamente a los 50,000 muertos en los próximos días. La seguridad está peor que nunca. Tenemos el número de homicidios más alto de la historia desde que se mide la violencia y con tendencia a aumentar. La Guardia Nacional, el gran proyecto de López Obrador para combatir a la delincuencia organizada, ya desapareció y el poder de los grupos criminales crece.
En resumen, México vive hoy un estado de emergencia que se agrava cuando vemos que, a pesar de sus pésimos resultados de gobierno, ahora López Obrador pretende el control absoluto no solo de las instituciones del Poder Ejecutivo, sino del resto de los poderes y de los órganos autónomos del Estado mexicano.
Con el 38 por ciento de los votos, el partido de López Obrador, con maniobras legaloides y artilugios jurídicos se ha hecho de una mayoría absoluta en la Cámara de Diputados que no corresponde a lo que votamos los mexicanos. Esta sobrerrepresentación les ha permitido aprobar, sin oposición alguna, los caprichos y abusos del Presidente de la República y llegar a extremos como sus intentos de apoderarse del INE y la burda trampa en la elección de la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Hoy, millones de mexicanos no existimos para el gobierno de López Obrador. Los recursos públicos son utilizados para beneficiar a la clientela política del Presidente de la República. Las instituciones a cargo del Gobierno Federal han sido prácticamente desmanteladas con base en recortes presupuestales, fusiones y desaparición de dependencias a criterio del presidente y con el apoyo incondicional de la sobrerrepresentación en el Congreso. Hoy, la calidad de los servicios que brinda el gobierno ha descendido notablemente y, en muchos casos, estos ya no existen.
Tenemos el peor escenario posible. Un gobierno ineficaz y mediocre, pero con un control absoluto del Congreso y carta abierta para seguir empobreciendo a los mexicanos. En el 2021 tendremos, pues, un proceso electoral que definirá en gran medida el futuro próximo de todos los mexicanos.
México no merece estar en esta situación y hoy somos millones los que desaprobamos a un presidente que no solo está fracasando rotundamente, sino que nos ha dividido, saca raja política de ello y conviene a sus intereses personales, pero va en contra de los intereses como nación.
Muchos sectores de la sociedad mexicana están impulsando la posibilidad de construir un gran acuerdo nacional que involucre a partidos políticos, organizaciones ciudadanas, organizaciones sociales y a todos aquellos mexicanos que desean que México viva en condiciones de democracia plena, de justicia y de libertad, y que no estamos de acuerdo con el absolutismo y el regreso al pasado autoritario de López Obrador.
Las alianzas son parte de la política y son un instrumento legal que tenemos que analizar y evaluar. En el PAN Edomex estamos trabajando para construir un proyecto que permita llevar al Congreso a ciudadanos mexiquenses que tengan afinidad con nuestros objetivos. Hoy, la prioridad es México y nuestro estado y debemos actuar con toda responsabilidad anteponiendo el interés partidista para concentrarnos en recuperar las condiciones de democracia y de libertad que millones de mexiquenses y mexicanos deseamos.
Existen, desde nuestra óptica, dos grandes vertientes para la construcción de las alianzas. La primera, es la de la unidad de todos -partidos, ciudadanos y organizaciones- en un gran frente que tenga como objetivo la defensa de la vida democrática del país y de nuestro Estado, y cerrarle el paso al autoritarismo. En esta vertiente el PAN está dispuesto a construir esa gran alianza general con todos los actores que compartan esta posición.
La segunda vertiente, la de la competencia electoral entre partidos también se está construyendo. El PAN Edomex está en diálogo con ciudadanos, organizaciones sociales, liderazgos regionales, sociedad civil y otros partidos políticos en la construcción de un proyecto que permita darle un nuevo rumbo al Edomex. Nuestra alianza principal debe ser con la sociedad y los ciudadanos, y en ello estamos trabajando. Debemos encontrar coincidencias y valores comunes con la visión humanista de Acción Nacional y, en ese sentido, solamente tendríamos diferencias irreconciliables con Morena y con el PRI, con quienes por congruencia histórica no debemos aliarnos.
@JorgeInzunzaPAN