Admirada por Bill Gates, consultada por gobiernos, Mariana Mazucatto, una de las economistas más influyentes de los últimos años considera que la crisis que ha desatado la pandemia de Covid-19 es una oportunidad para “hacer un capitalismo diferente y con ello la economía global”. Considera que el capitalismo se puede orientar hacia un futuro ” innovador y sostenible que funcione para todos nosotros”. Para la economista “no podemos volver a la normalidad. Lo normal es lo que nos metió no sólo en este caos, sino también en la crisis financiera y la crisis climática”.
Hemos visto como la pandemia del Covid-19 ha afectado con dureza la economía mundial, pero la peor parte la llevan los países más pobres ante un alto nivel de desigualdad y pobreza además de los desafíos sanitarios, sociales y económicos a enfrentar.
En este contexto, sólo la cooperación y la ayuda mutua permitirán a todas las naciones superar el desafiante período que ha dejado la pandemia. La deuda creció en un promedio del 20% “y si no abordamos este asunto desde ahora, en el futuro se va a convertir en otra amenaza para la estabilidad económica y al bienestar social de los países menos favorecidos ante la amenaza sanitaria mundial”, comenta AMLO.
En esta ruta, el presidente Andrés Manuel López Obrador planteó en su intervención ante el G20, quitar montos de deuda y pagos de servicio de la deuda a países pobres y garantizar que naciones de ingresos medios tengan acceso a créditos con tasas de interés equivalentes a las de los desarrollados.
A México le fue útil abandonar las recetas económicas aplicadas durante el periodo neoliberal empezando por desechar la estrategia de endeudar al pueblo para rescatar a los de arriba. “El rescate económico debe hacerse de abajo hacia arriba: primero ayudar a los pobres y no centrar las acciones sólo en destinar fondos públicos a empresas o a instituciones financieras en quiebra; no convertir las deudas privadas en deuda pública; evitar el endeudamiento, y menos aún si es en beneficio de y a costa del sufrimiento de muchos y de las nuevas generaciones”, expresó el Presidente ante los líderes políticos del G20.
El abordaje del Covid-19 en México ha sido diferente, pues gracias a las medidas de austeridad y el combate a la corrupción, el país no tuvo que recurrir a nuevos préstamos, y todos los recursos liberados se destinaron de manera directa, sin intermediarios a la base de la pirámide social.
Sin embargo, la crisis económica mundial por la pandemia afectó la actividad productiva y el crecimiento disminuyó en una proporción sin precedentes en los últimos 90 años, “por ello aunque no contratamos deuda adicional, la consecuente pérdida de riqueza elevó la deuda pública de 44.8 a 58.1 del Producto Interno Bruto Nacional (PIB)”.
El grupo de las 20 principales economías del mundo (G20) está integrado por Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea. Estos países recibieron la propuesta del Presidente de México como parte de la estrategia para la recuperación económica mundial.
El principio de la fraternidad universal, propuesta por AMLO en el G20, llevará a que los países dejen en la historia un ejemplo de cómo hacer frente a una amenaza sanitaria mundial y grave crisis económica, para mejorar la resiliencia del sistema financiero y así frenar la oleada de la deuda en los países más pobres.
La única forma posible de solidaridad es la que se ejerce entre iguales. La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente, y desde arriba, “la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo”, como escribiera Eduardo Galeano.
*El autor es Comisionado para la Reconstrucción de la Ciudad de México