Ni duda cabe que gobernar es fácil cuando todo se hace al aventón y las decisiones se toman sobre las rodillas, para satisfacer las ocurrencias del primer mandatario, para quien le da lo mismo Chana que Juana, como quedó demostrado en sus supuestas soluciones para atender el retraso en la recepción de vacunas y en el plan de reactivación económica que, en el fondo, son medidas improvisadas para salir del paso.
El presidente Andrés Manuel López Obrado, cual es su costumbre, mintió al asegurar que la posposición de la llegada de los antivirales de Pfizer era porque México se solidariza a con las naciones pobres que no tenían las mismas posibilidades de obtener la vacuna, cuando la farmacéutica detuvo su producción para ampliar sus instalaciones, a fin de incrementar su fabricación, dada la gran demanda.
Y no solo eso, también asegura que la pandemia pasará pronto, pues se nota una reducción en los contagios de la Ciudad de México, olvidando que esta semana varios estados regresaron al semáforo rojo, sumando una decena.
La aseveración de López Obrador de que no alterará el plan original de vacunación y que se cumplirá con los tiempos previamente establecidos, no tiene sustento. Y como ocurre siempre, la realidad se encargará de darle la razón o desmentirlo. En el segundo caso, el número de muertos será mayor.
Por cuanto al supuesto programa de reactivación económica que dio a conocer la titular de Economía, Tatiana Clouhtier, es una vacilada; una reedición de su “crédito a la palabra”, junto con un compendio de buenos deseos de apoyos que, en los hechos ya existen.
La versión minimalista del crédito a la palabra que se dio a conocer, apenas beneficiará a 60 mil afortunados, en lugar del millón de créditos que se entregaron al principio de la etapa de confinamiento.
Por cierto, a la fecha no se han entregado informe alguno de cuántos de esos préstamos ya se recuperaron. Y no se trata de un monto insignificante, estamos hablando de 25 mil millones de pesos, de los cuales el gobierno lopezobradoriano no ha rendido cuentas, a menos que también esté pensando en reservar por cinco años el destino final de tales recursos.
En buena medida, el plan de reactivación económica descansa en lo que el Tratado de Libre Comercio, versión 2.0 entre México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, y la demanda del mercado norteamericano puedan hacer en favor de las empresas mexicanas, ya que no hay incentivos extraordinarios que pudieran despertar entusiasmo entre los hombres de negocios.
De igual manera, en dicho proyecto se consideran a la Refinería de Dos Bocas y al Tren Maya como impulsores de la reactivación. Salvo que se esté pensando en acelerar los trabajos en ambas obras, que hasta el momento no se contempla una ampliación presupuestal para 2021, en realidad no implicarán un envión extra.
Como se ve, la improvisación, la enumeración de medidas atropelladas y actuar al aventón, para salir del paso, habla de la falta de visión integral en todo la administración pública federal como es su sello distintivo.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
En las pasadas 24 horas se confirmaron 18 mil 894 casos de Covid-19 y mil 584 fallecimientos, para llegar a 142 mil 832 decesos, lo que implica que hasta hoy el gobierno deberá destinar de nuestros impuestos más de 12 mil 500 millones de pesos, para compensar a los familiares de los muertos por Covid-19.